El pasado sábado 27 de abril los militantes de la Asociación Iberia
Cruor volvimos a la calle esta vez bajo el lema “Frente a la
Globalización ¡Defendamos España!”, esta fecha no ha sido elegida por
simple casualidad del destino, hemos considerado esta fecha como
oportuna al estar cercana al primero de mayo. Y es que este primero de
mayo no es uno cualquiera como el de años anteriores, este año el
primero de mayo tiene un marcado carácter reivindicativo por el
terrible momento económico, social y político que atraviesa nuestra
nación y Europa en general.
Y que mejor lema para una concentración cultural en medio de la parafernalia política y sindicalista por el primero de mayo que el de “Frente a la Globalización ¡Defendamos España!”, seguro que ninguno de los partidos, sindicatos o movimientos sociales que se manifiestan estos días se acuerda de nuestra identidad.
Por eso comprendemos que uno de los principales enemigos de España como nación a día de hoy a parte de los separatismos locales son los espacios de libre comercio, los movimientos migratorios, las instancias supranacionales al servicio de los grandes intereses de la finanza internacional y la desarticulación paulatina del aparato del Estado, es decir la globalización y sus efectos. De ahí la celebración de este acto.
Quisimos reivindicar de donde procedemos, aquello que hemos sido y que somos, y sobre todo, aquello que no podemos perder, que no podemos dejar morir a manos de los intereses de la globalización.
Pero a parte de hacer referencia al peligro de la globalización quisimos expresar también el interés por la necesidad de recuperar el fenómeno de lo nacional.
En los discursos se expusó de que los patriotas teníamos razón sobre lo que ha supuesto la Unión Europea "La entrada en dicho organismo supuso que nuestro país se desindustrializara, que todo nuestro tejido productivo fuera enterrado, a cambio de unas migajas económicas compensatorias para que fuéramos un país de servicios".
Se remarcó la ruina de la agricultura española no solo señalando a la UE sino también a los distintos gobiernos españoles: "Nos hablaron de que la PAC era la salvación del campo, cuando dichas subvenciones sólo han ido destinadas a ciertos terratenientes sin llevar a cabo ni una sola mejora efectiva del campo español ni de justicia o para que unos cuantos corruptos en la Junta compren el voto de los que lo sufren para luego ponerle medallas a una duquesa. Mientras, el gobierno español, como un pueblo de mentalidad de colonia, pues es lo que somos realmente, aplaudía unas medidas de Bruselas sobre la libre circulación de productos agrarios de ese país al sur del Estrecho, sin defender a sus trabajadores que viven del duro esfuerzo de la tierra. En cambio, sacaba falsamente la bandera del patriotismo -cuando no tienen más Patria que el dinero- porque Argentina nacionalizaba una empresa multinacional privada, la cual ellos mismos habían privatizado años antes".
Por otra parte se calificó al liberalismo de ideología extranjerizante y esclavista, ya que la misma "reduce al individuo a un número o estadistica como hizo el marxismo reduciendo a los hombres a ser un martillo o un serrucho. Pero ambos, enemigos de la auténtica libertad, siguen sin entender que el hombre no vive para producir, sino que produce para vivir. ¡Y vivir con dignidad!".
Se atacó duramente a la "nueva religión" que suponen palabras como productividad y competitividad con las que los políticos y algunos grandes empresarios intentan azotarnos en los últimos años sosteniendo que "son palabras que tienen un trasfondo sucio, malvado, pernicioso. ¿Acaso el pueblo español no trabaja? Quienes lanzan esos gazapos son precisamente los haraganes y los que viven a costa del esfuerzo de los demás. Son esos accionistas y usureros que esperan sentandos engordar sus cuentas", añadiendo que todas las conquistas sociales de los españoles fueron logradas "por el sudor de todos y cada uno de los españoles desde hace muchas décadas".
Hablamos de la ruinosa situación de nuestra provincia, que es junto con Cádiz y Huelva la de mayor desempleo de España, y que con más de seis millones de parados es insostenible cualquier país.
Tras señalar que no somos ni libres ni soberanos ante el mundialismo, se expuso que la solución de España solo era posible mediante la creación de un Estado Nacional y Social, con fuerte apoyo popular, para poder vencer con determinación la coyuntura actual. Enumeró una serie de medidas para acabar con el caos reinante, entre otras, "renegociar el Tratado de Adhesión a la Unión Europea. Crear un modelo de economía nacional. Que el Estado recupere los sectores estratégicos esenciales para la comunidad nacional. Una banca pública que acabe con la usura y que dignifique la vida de los españoles y que acabe con la economía especulativa causante del desastre. Buscar el camino hacia una Autarquía Europea, junto con aquellos movimientos patriotas del continente mediante un ideal de solidaridad y justicia, en contraposición a la funesta y decadente Europa actual. Y una acción conjunta con nuestra hermana Portugal".
Por último, tras indicar que creemos firmemente en el pueblo español y que en situaciones límite este siempre ha logrado salir adelante de forma heroica, se dijo que se equivocan aquellos que puedan acusarnos de utópicos o locos "Esto se llama Principios y Valores, que es de lo que carece este mundo moderno materialista. Son los principios que guiaron al pueblo español a lo largo de su historia. Solo así es como puede vencerse a la Globalización: el verdadero adversario del siglo XXI".
Y que mejor lema para una concentración cultural en medio de la parafernalia política y sindicalista por el primero de mayo que el de “Frente a la Globalización ¡Defendamos España!”, seguro que ninguno de los partidos, sindicatos o movimientos sociales que se manifiestan estos días se acuerda de nuestra identidad.
Por eso comprendemos que uno de los principales enemigos de España como nación a día de hoy a parte de los separatismos locales son los espacios de libre comercio, los movimientos migratorios, las instancias supranacionales al servicio de los grandes intereses de la finanza internacional y la desarticulación paulatina del aparato del Estado, es decir la globalización y sus efectos. De ahí la celebración de este acto.
Quisimos reivindicar de donde procedemos, aquello que hemos sido y que somos, y sobre todo, aquello que no podemos perder, que no podemos dejar morir a manos de los intereses de la globalización.
Pero a parte de hacer referencia al peligro de la globalización quisimos expresar también el interés por la necesidad de recuperar el fenómeno de lo nacional.
En los discursos se expusó de que los patriotas teníamos razón sobre lo que ha supuesto la Unión Europea "La entrada en dicho organismo supuso que nuestro país se desindustrializara, que todo nuestro tejido productivo fuera enterrado, a cambio de unas migajas económicas compensatorias para que fuéramos un país de servicios".
Se remarcó la ruina de la agricultura española no solo señalando a la UE sino también a los distintos gobiernos españoles: "Nos hablaron de que la PAC era la salvación del campo, cuando dichas subvenciones sólo han ido destinadas a ciertos terratenientes sin llevar a cabo ni una sola mejora efectiva del campo español ni de justicia o para que unos cuantos corruptos en la Junta compren el voto de los que lo sufren para luego ponerle medallas a una duquesa. Mientras, el gobierno español, como un pueblo de mentalidad de colonia, pues es lo que somos realmente, aplaudía unas medidas de Bruselas sobre la libre circulación de productos agrarios de ese país al sur del Estrecho, sin defender a sus trabajadores que viven del duro esfuerzo de la tierra. En cambio, sacaba falsamente la bandera del patriotismo -cuando no tienen más Patria que el dinero- porque Argentina nacionalizaba una empresa multinacional privada, la cual ellos mismos habían privatizado años antes".
Por otra parte se calificó al liberalismo de ideología extranjerizante y esclavista, ya que la misma "reduce al individuo a un número o estadistica como hizo el marxismo reduciendo a los hombres a ser un martillo o un serrucho. Pero ambos, enemigos de la auténtica libertad, siguen sin entender que el hombre no vive para producir, sino que produce para vivir. ¡Y vivir con dignidad!".
Se atacó duramente a la "nueva religión" que suponen palabras como productividad y competitividad con las que los políticos y algunos grandes empresarios intentan azotarnos en los últimos años sosteniendo que "son palabras que tienen un trasfondo sucio, malvado, pernicioso. ¿Acaso el pueblo español no trabaja? Quienes lanzan esos gazapos son precisamente los haraganes y los que viven a costa del esfuerzo de los demás. Son esos accionistas y usureros que esperan sentandos engordar sus cuentas", añadiendo que todas las conquistas sociales de los españoles fueron logradas "por el sudor de todos y cada uno de los españoles desde hace muchas décadas".
Hablamos de la ruinosa situación de nuestra provincia, que es junto con Cádiz y Huelva la de mayor desempleo de España, y que con más de seis millones de parados es insostenible cualquier país.
Tras señalar que no somos ni libres ni soberanos ante el mundialismo, se expuso que la solución de España solo era posible mediante la creación de un Estado Nacional y Social, con fuerte apoyo popular, para poder vencer con determinación la coyuntura actual. Enumeró una serie de medidas para acabar con el caos reinante, entre otras, "renegociar el Tratado de Adhesión a la Unión Europea. Crear un modelo de economía nacional. Que el Estado recupere los sectores estratégicos esenciales para la comunidad nacional. Una banca pública que acabe con la usura y que dignifique la vida de los españoles y que acabe con la economía especulativa causante del desastre. Buscar el camino hacia una Autarquía Europea, junto con aquellos movimientos patriotas del continente mediante un ideal de solidaridad y justicia, en contraposición a la funesta y decadente Europa actual. Y una acción conjunta con nuestra hermana Portugal".
Por último, tras indicar que creemos firmemente en el pueblo español y que en situaciones límite este siempre ha logrado salir adelante de forma heroica, se dijo que se equivocan aquellos que puedan acusarnos de utópicos o locos "Esto se llama Principios y Valores, que es de lo que carece este mundo moderno materialista. Son los principios que guiaron al pueblo español a lo largo de su historia. Solo así es como puede vencerse a la Globalización: el verdadero adversario del siglo XXI".
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