-Se nos despoja de nuestra dignidad y se nos utiliza como medios para que unos cuantos se enriquezcan. Somos tratados como mercancía susceptible de relaciones de importación y exportación, como mera fuerza de trabajo enajenable, como algo desechable al fin.
-Se nos condena a soportar el peso de una crisis financiera que no hemos creado , a pagar un déficit público que es en realidad privado, responsabilidad de unas entidades bancarias que estafan a nuestras familias.
-La voluntad política de un pueblo se encuentra secuestrada por el capital financiero, verdaderos dominantes de los partidos políticos y rectores de las grandes decisiones que afectan a la totalidad de los ciudadanos. Mientras, los políticos en los que recae el deber de tomar iniciativas se encuentran inmersos en tramas de corrupción y en el reparto de los despojos de un barco que naufraga.
-Las fuerzas sindicales se muestran como totalmente inoperantes a la hora de hacer frente a esta situación que devasta los derechos de los trabajadores y embarga la dignidad de las clases obreras de este país. La huelga general se ha transformado en una teatralización folklórica, ha dejado de ser una trinchera de resistencia.
-Nosotros proponemos otro sujeto activo, otro protagonista que rescate al ente político de su mordaza económica. De ese modo la soberanía recae sobre su verdadero depositario.
-Nosotros creemos que lo político se legitima desde abajo y ha de ser constituido por un tejido social activo y unificado en torno a los principios sólidos de justicia social y vínculos culturales.
-Nosotros no creemos en el capital financiero sino en el trabajo justamente tratado y protegido.
Por todo ello apostamos por el esquema del asociacionismo, por una sociedad civil organizada en torno a los problemas que nos preocupan y con el objetivo de plantear alternativas a lo establecido. La credibilidad de los trabajadores depende inexorablemente de la capacidad de movilización que tengamos por parte de nuestras fuerzas más activas.
Queremos mandar un decidido mensaje a las clases dominantes y al mundo financiero. No estamos muertos, su opresión alimenta nuestra acción.
-Se nos condena a soportar el peso de una crisis financiera que no hemos creado , a pagar un déficit público que es en realidad privado, responsabilidad de unas entidades bancarias que estafan a nuestras familias.
-La voluntad política de un pueblo se encuentra secuestrada por el capital financiero, verdaderos dominantes de los partidos políticos y rectores de las grandes decisiones que afectan a la totalidad de los ciudadanos. Mientras, los políticos en los que recae el deber de tomar iniciativas se encuentran inmersos en tramas de corrupción y en el reparto de los despojos de un barco que naufraga.
-Las fuerzas sindicales se muestran como totalmente inoperantes a la hora de hacer frente a esta situación que devasta los derechos de los trabajadores y embarga la dignidad de las clases obreras de este país. La huelga general se ha transformado en una teatralización folklórica, ha dejado de ser una trinchera de resistencia.
-Nosotros proponemos otro sujeto activo, otro protagonista que rescate al ente político de su mordaza económica. De ese modo la soberanía recae sobre su verdadero depositario.
-Nosotros creemos que lo político se legitima desde abajo y ha de ser constituido por un tejido social activo y unificado en torno a los principios sólidos de justicia social y vínculos culturales.
-Nosotros no creemos en el capital financiero sino en el trabajo justamente tratado y protegido.
Por todo ello apostamos por el esquema del asociacionismo, por una sociedad civil organizada en torno a los problemas que nos preocupan y con el objetivo de plantear alternativas a lo establecido. La credibilidad de los trabajadores depende inexorablemente de la capacidad de movilización que tengamos por parte de nuestras fuerzas más activas.
Queremos mandar un decidido mensaje a las clases dominantes y al mundo financiero. No estamos muertos, su opresión alimenta nuestra acción.
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