"Porque, mucho más que largas páginas de seca intelectualidad, ha de
enseñar a España la divina lección del dolor. Una ola de dolor terrible
anega el corazón de toda España. Dolor explícito muchas veces, oculto y
entrañable otras, que llora silenciosamente en el fondo de nuestras
acciones más corrientes, que imprime una dolorosa tonalidad a todos los
actos de nuestra vida.
España destrozada, deshonrada por la barbarie innoble de los rojos,
nuestras Iglesias profanadas, nuestro arte destruido y robado, nuestra
juventud segada en flor, las mejores vidas de España muertas, la
separación terrible de los que están en el otro campo, la incertidumbre
sobre ellos, más angustiosa que la mortal certeza. ¿Qué español no tiene
hoy una honda pena [406] clavada en su alma?... ¿Qué español no pide a
Dios todos los días que pase ya de España este cáliz si es su Santa
Voluntad?...
«Et nunc Reges, intelligite; erudimini, qui judicatis terram!», exclamaba el gran Bossuet, con voz de la Biblia, con ocasión de una gran secuencia de dolor. «¡Entended ahora, reyes; aprended los que mandáis en la tierra!...»
Esta es la lección suprema, mejor que la que pueda contener el mejor
escrito. La nobleza del dolor, la lección nobilísima del doloroso
sacrificio".
José Pemartín
"España como pensamiento"
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