Parece ser que el origen de los
barquillos se puede encontrar directamente a principios del
cristianismo, y que derivan directamente del pan divino (pan de ángel) y
que se repartía a los fieles en las iglesias. Desde entonces su
composición ha ido evolucionando ligeramente.
El
barquillo, en su definición, es una hoja delgada de pasta de harina sin
levadura, azúcar y alguna esencia, a la que se da forma convexa de
canuto.
En los monasterios, copiaban
las recetas, las realizaban y modificaban en sus talleres, siendo uno de
estos barquillos, tomado y elaborado, para ser degustado por estas
congregaciones, y posteriormente vendida al público. Es por eso que los
religiosos han legado a la pastelería una gran cantidad de elaboraciones
que han llegado a nuestros días.
La metamorfosis para convertirse de elemento de devoción, a convertirse en dulce y postre, es en causa, con toda seguridad, debido a que las congregaciones religiosas, eran gourmet refinados.
La metamorfosis para convertirse de elemento de devoción, a convertirse en dulce y postre, es en causa, con toda seguridad, debido a que las congregaciones religiosas, eran gourmet refinados.
En Zaragoza,
Madrid, en innumerables ciudades, han aparecido historias y personajes
ligados al barquillo, por ejemplo en Madrid, es típica la figura del
barquillero, y es costumbre verlos en ocasiones y fiestas señaladas.
Se
han encontrado utensilios de fabricar barquillos, que datan del año
1440, y que llevan grabados los escudos heráldicos de la casa real de
Aragón, y que posiblemente estos utensilios y su dueño barquillero,
pertenecieran a Juan II de Navarra y Aragón, y que el objetivo de la
decoración heráldica de estos utensilios, no era otra que mostrar la
supremacía y poder la corona y del rey de Aragón.
Es
también costumbre, servir barquillos en Navidad, en Cataluña. Ya en el
año 1168, el obispo de Lerida, ordenó que fuesen servidos a cada uno de
sus familiares seis barquillos a mediodía y cuatro al cenar, por su
parte el obispo de Urgell, dictó un bando donde indicaba, que a los
religiosos se sirvieran veinte barquillos en vez de turrones.
De
todas formas, los barquillos han pasado a la historia, como postres
exquisitos, y empezaron a formar parte de los banquetes más importantes,
o bien en recepciones, se tiene conocimiento, ya en tiempos de la
Grecia clásica, de datos acerca de estos productos, pero no se
comenzaron a perfeccionar, hasta ya en el año 1344, de manos de Pedro el Ceremonioso y en adelante, seguirían siendo utilizados por la mayoría
de reyes y gobernantes Españoles en sus actos.
La
tradición del gasto de barquillos en el Occidente Europeo, es larga.
Las noticias sobre ellos en el mundo medieval son abundantes. Los
barquillos eran sumamente populares, y se comían en la mayoría de las
mesas de los reyes, en las de los grandes señores, en la de los
burgueses, y también se vendían por las calles.
Los
barquillos fueron confeccionados originalmente por panaderos, como
dulces derivados del pan. La especialización de los oficios, dio origen a
los llamados obleeros, o barquilleros, que eran los encargados, de
hacer la pasta y dar forma a las obleas, y figuraban también entre el
personal de cocina de los reyes y grandes señores.
Estos barquillos, según los escritos encontrados, solían consumirse, acompañados de vino, y se servían como postre.
Estos barquillos, según los escritos encontrados, solían consumirse, acompañados de vino, y se servían como postre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario