miércoles, 24 de abril de 2013

Ni me arrepiento ni me olvido

"No quiero recordaros tampoco como quedamos aislados, exceptuados, apartados de todas las organizaciones económicas de la burguesía en que se nutre el antimarxismo. Todos los partidos políticos tuvieron su ayuda económica menos nosotros. Nos pusieron primero cerco de silencio; nos pusieron después cerco de hambre; pensaron que la Falange se rendiría; pero entre el cerco de silencio y el cerco de pobreza nosotros íbamos construyendo nuestro castillo fuerte para España. No sabían que con el dinero se hace algo; que con la pobreza puede hacerse todo; no sabían que nos habían puesto en la gran escuela clásica, estoica, combatiente, de profunda raíz española. No sabían la libertad, la dignidad, la fortaleza que dan la pobreza y el silencio. No sabían lo que es una comunidad disciplinada.
Por aquellos días me encontré con un texto griego sobre las antiguas falanges en el que se decía textualmente: “La pobreza es la fuerza de la falange”. Los aficionados a las tablas antiguas pueden ver, que como en la tragedia de Sófocles, nosotros quedábamos en la isla desierta, con las cinco flechas que habían de ser la salvación de la Patria. Nos dejaron solos, pero nos dejaron con muchas cosas: los ideales, el rigor mental de la doctrina, la disciplina, la invocación al espíritu de sacrificio… nos dejaron solos con España, como era nuestro mayor deseo; nos dejaron solos con nuestros muertos, con nuestros centenares de heridos, nuestros centenares de presos. ¡Fueron tantos que solamente nuestro Jefe nacional, ante los tribunales, ha tenido que libertar a más de ciento!
Soportábamos esa soledad impasibles y tranquilos viendo en ella un reflejo del espíritu de España, sabiendo que en el fondo entrañable de España soportar la injusticia, es lo que mejor conquista al pueblo y, sobre todo, sabíamos que en España los condenados a morir no mueren nunca…" 
"Nos tuvieron como apestados y prohibidos en la esfera del patriotismo y no sabían que la juventud tiene gusto por lo prohibido y que muchos estudiantes y jóvenes de España se hicieron comunistas, porque era una cosa prohibida. Pero nosotros, además de ser los prohibidos, éramos los restos de los valores espirituales de España… Ya no cabe detener a la juventud de España fuerte. A pesar de todo, llegadas las horas difíciles, ¡que no hubiéramos hecho por España! Hasta con el diablo nos hubiésemos aliado para mejorar la suerte de España. Pensar en engañar al diablo para hacerle un poco mejor".
Rafael Sánchez Mazas
Cine Padilla 2 de febrero de 1936

No hay comentarios: