viernes, 4 de enero de 2013

Aprender a Vivir

"Amamos a nuestros países, pero debemos ampliar ese amor; ahora, los ideales y la práctica nos obligan a ello. La extensión del patriotismo: ésa es la necesidad y ésa es la esperanza. El nuevo patriotismo se extenderá para arropar en su seno a distintos linajes, pero sin destruir las cualidades propias de esos linajes en la búsqueda de la mezcla antinatural del viejo internacionalismo".

"Ya empiezan a tomar forma el pensamiento y la acción del futuro. Nosotros conciliamos los viejos conflictos y empezamos a lograr, hoy en el terreno de las ideas, mañana en el de las realidades, la fusión de la autoridad con la libertad, de la acción con el pensamiento, de la decisión con la discusión, del poder con la responsabilidad, del vigor con el deber, de la fuerza con la bondad, del servicio del pueblo con la consecución de cada vez más altas formas de vida".

"Somos europeos conscientes de la tradición que deriva de la Grecia y la Roma clásicas, y de una civilización que durante tres mil años ha proporcionado a la humanidad pensamiento, belleza, ciencia y gobierno; y, sintiendo que entre nosotros existe la estrecha afinidad de una gran familia, cuyas querellas pasadas han probado el heroísmo de nuestros pueblos, pero cuyas divisiones futuras pueden poner en peligro la vida de nuestro continente y dar lugar a la misma destrucción que extinguió el genio de la Hélade y condujo al triunfo de un sistema de valores extraño, declaramos ahora con orgullo nuestra comunidad europea de sangre y espíritu en las urgentes y prácticas propuestas que siguen encaminadas a que nuestra nueva generación cambie la actual política de división, aplazamientos y servidumbre al destructivo materialismo de potencias exteriores ante las que el esplendor de nuestra historia, el poder de nuestra economía, la nobleza de nuestras tradiciones y la inspiración de nuestros ideales nunca deben rendirse".

"Debemos aprender a vivir, y hacerlo. Debemos restaurar la armonía con la vida, reconocer la finalidad de la vida. El hombre ha liberado las fuerzas de la naturaleza precisamente en el momento en que empezaba a apartarse de la naturaleza; esto, que constituye un peligro mortal, se refleja en la neurosis de la época. No podemos limitarnos a permanecer donde estamos; esto sería una situación incómoda, peligrosa e imposible a la larga. El hombre debe elevarse por encima de su presente o fracasará, y esta vez el fracaso supondrá la derrota final y definitiva. He aquí la diferencia entre nuestra época y los períodos precedentes. En ninguna ocasión anterior se daba el caso de que el fracaso del hombre significase el final del mundo. Esforzarse por llegar a formas superiores de vida entre los hombres no es sólo un objetivo razonable, es un credo con toda la fuerza de una convicción religiosa. No es sólo una necesidad de esta nueva era científica a la que nos ha llevado el genio del espíritu humano; es además una consecuencia directa del largo proceso de la naturaleza, en el que podemos leer como en un libro abierto la finalidad del mundo en su evolución. Y no es un objetivo mezquino y egoísta, por cuanto no trabajamos sólo para nosotros mismos, sino también para un tiempo que está por llegar. El prolongado esfuerzo de nuestras vidas servirá no sólo para salvar la civilización actual, sino además para capacitar a otras más perfectas a comprender y disfrutar de la infinita belleza de este mundo, y disponer, aparte de paz y de felicidad, de una sabiduría y conciencia de la misión del hombre".

Sir Oswald Ernald Mosley

1 comentario:

Veritas Vincit dijo...
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