Hace unos cuantos años andabais seguros por
las calles, confiados, pisando fuerte, con vuestras casas recién
compradas y coches nuevos en el haber, vacaciones en la costa brava, y
los niños en la escuela pública, crisol de culturas, ejemplo de
convivencia. Pasaron los años y seguisteis progresando, el jefe os tenía
bien considerados, el próximo ascenso era vuestro y contratasteis una
centroamericana para que cuidara a los niños, mientras vuestras mujeres
persiguen el mismo sueño por el que os consumís.
Vosotros lapidabais a todo aquel, intolerante, que criticaba el rumbo de la sociedad, a aquellos que renegaban de una multi-culturalidad y que hablaban de otras vías. Si, entonces podíais mirar por encima del hombro a aquellos que osaban abrir libros proscritos, que hablaban de otros tiempos, pasados y futuros, de esfuerzos y luchas. Erais el paradigma del éxito, os sentíais a gusto con vosotros mismos, un donativo mensual a la ONG de turno y podíais ser uno de esos españolitos de a pie solidarios que no se olvidaban de todos los que quedaban fuera de este sistema, limpiando vuestra conciencia a base de limosnas, tolerasteis, os conformasteis con ser uno más de la masa, y ahora las cosas han cambiado.
Muchos de vuestros jefes no pasaron el bache, ahora no podéis mantener vuestras casas, os veis en la calle ahogados por cadenas hipotecarias que os reservan cuarenta años de esclavitud económica, despedisteis a vuestras criadas que ya no podíais pagar y encontrasteis en casa a completos desconocidos, vuestros hijos han fracasado miserablemente, han caído en las drogas los menos, los más viven a costa vuestra, que lo permitís, no tienen inquietudes ni afán de nada, carecen de educación y de los más elementales valores personales, se encuentran perdidos en la sociedad que les habéis dejado como legado.
Sois de los que pensasteis que si las cosas se ponían mal, aquellos que vinieron de fuera se marcharían, y vosotros quizás podríais acceder a trabajos peor pagados, pero vivir confortablemente, creísteis ingenuamente, que un voto lo cambiaría todo. Ahora, que todo ha fallado y el castillo de naipes se ha desmoronado, buscáis respuestas a preguntas que en su momento no os hicisteis, y rumiando vuestro desconsuelo, miráis hacia atrás intentado averiguar dónde os habéis equivocado, una vida entera dedicada a vuestro trabajo, buscando dinero y comodidades, hoy no tenéis nada, y quizás ahora, algunos, os acordéis de aquellos de los que renegasteis.
Nosotros, que dimos la voz de alarma fuimos crucificados; perseguidos por denunciar el abandono social al que nos abocaba la sociedad capitalista. Alertamos sobre el multiculturalismo, sobre la vía muerta cultural hacia la que nos dirigíamos, nos opusimos con vehemencia a la pérdida de identidad cultural que suponía esta democracia capitalista y nos tildasteis de retrógrados y atrasados, viviendo en el pasado, permitisteis que todo el brazo del estado cayera sobre nosotros, y ahora, tarde, descubrís que teníamos razón.
Vuestro barco, de lujo y copas, ha naufragado, y ahora, viendo el agua anegar los sótanos en los que os confinaron y agradecisteis, buscáis y no encontráis una manera de salvar el pellejo.
Ahora nosotros, que no volvimos la cara a nuestro pasado, y quisimos pelear un futuro mejor para todos. Nosotros, nosotros somos los que os ofrecemos una mano amiga, sin contraprestaciones, queremos ofreceros un banco al remo de nuestro barco. No hemos olvidado que el esfuerzo y el sacrificio son la clave para conquistar nuevas metas como nos enseñaran nuestros abuelos, no creemos en la molicie ni en el conformismo, sí que lo hacemos en el trabajo y la dignidad, ese es nuestro barco y desde él conquistaremos la justicia social, asentada sobre familias modernas, educadas en valores tradicionales y abiertas a un nuevo sistema social justo y digno.
Juntos queremos avanzar sin dejar atrás a nadie, y construir un sistema en el que el dinero no sea un fin, sino un medio. Ahora sois vosotros los que debéis dar el paso, y subir a nuestro barco.
Vosotros lapidabais a todo aquel, intolerante, que criticaba el rumbo de la sociedad, a aquellos que renegaban de una multi-culturalidad y que hablaban de otras vías. Si, entonces podíais mirar por encima del hombro a aquellos que osaban abrir libros proscritos, que hablaban de otros tiempos, pasados y futuros, de esfuerzos y luchas. Erais el paradigma del éxito, os sentíais a gusto con vosotros mismos, un donativo mensual a la ONG de turno y podíais ser uno de esos españolitos de a pie solidarios que no se olvidaban de todos los que quedaban fuera de este sistema, limpiando vuestra conciencia a base de limosnas, tolerasteis, os conformasteis con ser uno más de la masa, y ahora las cosas han cambiado.
Muchos de vuestros jefes no pasaron el bache, ahora no podéis mantener vuestras casas, os veis en la calle ahogados por cadenas hipotecarias que os reservan cuarenta años de esclavitud económica, despedisteis a vuestras criadas que ya no podíais pagar y encontrasteis en casa a completos desconocidos, vuestros hijos han fracasado miserablemente, han caído en las drogas los menos, los más viven a costa vuestra, que lo permitís, no tienen inquietudes ni afán de nada, carecen de educación y de los más elementales valores personales, se encuentran perdidos en la sociedad que les habéis dejado como legado.
Sois de los que pensasteis que si las cosas se ponían mal, aquellos que vinieron de fuera se marcharían, y vosotros quizás podríais acceder a trabajos peor pagados, pero vivir confortablemente, creísteis ingenuamente, que un voto lo cambiaría todo. Ahora, que todo ha fallado y el castillo de naipes se ha desmoronado, buscáis respuestas a preguntas que en su momento no os hicisteis, y rumiando vuestro desconsuelo, miráis hacia atrás intentado averiguar dónde os habéis equivocado, una vida entera dedicada a vuestro trabajo, buscando dinero y comodidades, hoy no tenéis nada, y quizás ahora, algunos, os acordéis de aquellos de los que renegasteis.
Nosotros, que dimos la voz de alarma fuimos crucificados; perseguidos por denunciar el abandono social al que nos abocaba la sociedad capitalista. Alertamos sobre el multiculturalismo, sobre la vía muerta cultural hacia la que nos dirigíamos, nos opusimos con vehemencia a la pérdida de identidad cultural que suponía esta democracia capitalista y nos tildasteis de retrógrados y atrasados, viviendo en el pasado, permitisteis que todo el brazo del estado cayera sobre nosotros, y ahora, tarde, descubrís que teníamos razón.
Vuestro barco, de lujo y copas, ha naufragado, y ahora, viendo el agua anegar los sótanos en los que os confinaron y agradecisteis, buscáis y no encontráis una manera de salvar el pellejo.
Ahora nosotros, que no volvimos la cara a nuestro pasado, y quisimos pelear un futuro mejor para todos. Nosotros, nosotros somos los que os ofrecemos una mano amiga, sin contraprestaciones, queremos ofreceros un banco al remo de nuestro barco. No hemos olvidado que el esfuerzo y el sacrificio son la clave para conquistar nuevas metas como nos enseñaran nuestros abuelos, no creemos en la molicie ni en el conformismo, sí que lo hacemos en el trabajo y la dignidad, ese es nuestro barco y desde él conquistaremos la justicia social, asentada sobre familias modernas, educadas en valores tradicionales y abiertas a un nuevo sistema social justo y digno.
Juntos queremos avanzar sin dejar atrás a nadie, y construir un sistema en el que el dinero no sea un fin, sino un medio. Ahora sois vosotros los que debéis dar el paso, y subir a nuestro barco.
Texto: B.B.C.
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