El lince ibérico o lynx pardinus, es sin duda el
tesoro más valioso y bello de la fauna ibérica. Felino de reducido
tamaño (sobre todo en comparación con otras especies de linces como el
americano o el boreal), caracterizado por su piel moteada, su coa corta,
sus orejas coronadas por pinceles y las largas matas de pelos que le
cuelgan de ambos lados de su cara a modo de patillas.
En la actualidad, esta amenazada criatura solo se encuentra en dos áreas: el parque nacional de Sierra de Andujar y el de Doñana, ambos en Andalucía, con una población de menos de 200 individuos y una pequeña comunidad de 15 individuos en los Montes de Toledo.
Las causas del crítico estado en el que en la actualidad se haya nuestro bello lince, es como en muchos otros casos, la destrucción sistemática de sus medios naturales en nombre del avance imparable de la urbanización y la industria. Pese al estatus de protección del que hoy día goza este animal, así como las áreas antes citadas que lo albergan, no está del todo a salvo, siendo aún víctima común de la caza furtiva, los cepos y lazos empleados por algunos desalmados para eliminar alimañas, los atropellos de los coches circulantes por las carreteras que atraviesan sus hábitats, o los cada vez más comunes incendios forestales (muchos de ellos provocados por constructores sin escrúpulos). Todo esto, convierte al lince ibérico en el felino más amenazado del mundo.
A causa del imparable avance hacia la extinción, al que está avocado, se han desarrollado múltiples programas de cría en cautividad, como el del Zoo-botánico de Jerez o el del Parque Natural de Cabárceno (Cantabria), proyectos que sin embargo se han visto también afectados y reducidos por la situación de crisis y el recorte de las ayudas gubernamentales (reinvertido ese dinero en otros proyectos como el de la cría y mantenimiento del chorizo ibérico, especie sin embargo mucho más numerosa y molesta que el pobre lince).
Desde aquí, queremos concienciar a la gente del área, de la importancia prioritaria de este tipo de proyectos, siendo el legado natural y faunístico, una parte esencial también de nuestra identidad como pueblo y una de las características definitorias de Iberia.
En la actualidad, esta amenazada criatura solo se encuentra en dos áreas: el parque nacional de Sierra de Andujar y el de Doñana, ambos en Andalucía, con una población de menos de 200 individuos y una pequeña comunidad de 15 individuos en los Montes de Toledo.
Las causas del crítico estado en el que en la actualidad se haya nuestro bello lince, es como en muchos otros casos, la destrucción sistemática de sus medios naturales en nombre del avance imparable de la urbanización y la industria. Pese al estatus de protección del que hoy día goza este animal, así como las áreas antes citadas que lo albergan, no está del todo a salvo, siendo aún víctima común de la caza furtiva, los cepos y lazos empleados por algunos desalmados para eliminar alimañas, los atropellos de los coches circulantes por las carreteras que atraviesan sus hábitats, o los cada vez más comunes incendios forestales (muchos de ellos provocados por constructores sin escrúpulos). Todo esto, convierte al lince ibérico en el felino más amenazado del mundo.
A causa del imparable avance hacia la extinción, al que está avocado, se han desarrollado múltiples programas de cría en cautividad, como el del Zoo-botánico de Jerez o el del Parque Natural de Cabárceno (Cantabria), proyectos que sin embargo se han visto también afectados y reducidos por la situación de crisis y el recorte de las ayudas gubernamentales (reinvertido ese dinero en otros proyectos como el de la cría y mantenimiento del chorizo ibérico, especie sin embargo mucho más numerosa y molesta que el pobre lince).
Desde aquí, queremos concienciar a la gente del área, de la importancia prioritaria de este tipo de proyectos, siendo el legado natural y faunístico, una parte esencial también de nuestra identidad como pueblo y una de las características definitorias de Iberia.
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