domingo, 4 de noviembre de 2012

Los crímenes de los "buenos"

Los tribunales de los procesos de Núremberg afirmaron y afirman, pues la farsa pseudo-jurídica continúa aún hoy, 70 años después de la contienda, que se habían erigido en jueces porque ellos representaban a la Civilización y al Derecho. Esta es la explicación oficial, el sofisma oficial, pues consiste en adoptar, como base axiomática, lo que se halla, precisamente en discusión. Los vencedores desplazaron a sus más doctos juristas, heraldos de su propaganda, para sostener, impávidos, este razonamiento de criaturas: “Durante seis años de guerra ideológica y otros seis años de guerra real, nuestro radio y nuestros periódicos han repetido que sois unos bárbaros; habéis sido vencidos, luego sois unos bárbaros”.

Es esa indignación, finalmente, la que crea la verdad de los que gustan de autodenominarse demócratas, la que canaliza la persecución judicial de los heterodoxos hasta el día de hoy. Los jueces de Nuremberg no son más que los escribas de esta unanimidad.

Y, no obstante, debe haber otra realidad. Hay otra realidad. Y es que frente a los crímenes, reales o inventados, exagerados en progresión geométrica las más de la veces, de los vencidos, algo se echa en falta. Incluso para el espíritu más mediocre parece evidente que algo más debe haber. Hemos resuelto narrar estos crímenes, o, por lo menos, los que nos han parecido más relevantes. Pero no hemos querido limitarnos a una relación cronológica de abusos militares o civiles propiciados por los políticos del bando Aliado en el curso de la II Guerra Mundial. Este libro abarca los crímenes cometidos por los “buenos” en el periodo histórico de 1933 hasta nuestros dias. Los “buenos” son, evidentemente, los que como tal son presentados en este lapso de tiempo por prensa, radio y televisión.

Los crímenes de los “malos” ya han sido exhaustivamente relatados, fotografiados, disecados, expuestos, retocados, exhibidos y, sobre todo, exagerados, cuando no puramente inventados. El espíritu de la Cultura Occidental, con sus valores de generosidad, caballerosidad e hidalguía se puso de manifiesto a menudo en la contienda. Somos concientes de ello, y nos interesa ponerlo de manifiesto para que quede bien claro que las páginas que siguen no constituyen el Acta de Acusación contra ninguno de los nobles pueblos que intervinieron, a su pesar, en ella, sino contra el Gran Parásito que utilizó, a tal fin, el desecho biológico de los pueblos huésped.

Pídalo a: libreriaeuropa@telefonica.net

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