viernes, 2 de noviembre de 2012

La Fuerza a través de la Unidad

Somos de sobra conscientes de que la heterodoxia y la diversidad es una de las características más enriquecedoras de nuestro movimiento, así como lo no existencia de una linea ideológica definida en un sentido estricto, sino la multiplicidad de estas. Todo ello tiene a priori grandes ventajas, la fundamental, la configuración del tercerposicionismo como una causa basada en la excelencia y no en el borreguismo y la fe ciega a unas directrices de partido.
Sin embargo, en los últimos años esto está derivando a una situación nada positiva, que es la configuración de toda una suerte de taifas ideológicas (unipersonales o microgrupales), que en base a un supuesto purismo, hacen imposible la relación con otros colectivos similares que son mirados con suspicacia y a menudo tachados de “fachas” o “rojos” (etiquetas cargadas de malevolencia y desprecio por el pensar ajeno). Esto tiene unas gravísimas consecuencias, pues amén de conformarse una malsana endogamia, mutila gravemente la capacidad de actuación de estos colectivos (y eso en el mejor de los casos, en otros simplemente el purismo se convierte en una zafia excusa para la más total inacción); por otro lado, la idea sufre un inexorable proceso de anquilosamiento al no ser esta revisada día a día en base a nuevos puntos de vista, lo cual únicamente se logra mediante el sano ejercicio de debate y el intercambio de ideas con otros grupos e individuos afines (o no tan afines).
Pero pregunto: ¿Por qué siempre tenemos que centrarnos en las pequeñas diferencias que nos separan y no en las múltiples cosas que nos unen? La historia nos enseña que los suspicacias entre camaradas únicamente llevan al fracaso, así que basta ya, es la hora de la unión de todos los militantes bajo una misma bandera, lo cual ojo, no implica en ningún momento renunciar a la individualidad sino la aceptación de una realidad y una causa común que dé coherencia a las acciones individuales, pasando así de lo meramente anecdótico y puntual a ser parte de un movimiento grande y transnacional. Es hora de formar falange contra el sistema, y unirse al Clan (que por otro lado cada día somos más)… ¡Por Iberia, por Europa y por el socialismo real!

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