martes, 4 de diciembre de 2012

Rojo y Negro

Rojo Y Negro, dirigida por Carlos Arévalo a finales de 1941 y principios de 1942 y producida por Cepicsa. Estrenada en el cine Capitol el lunes 25 de mayo de 1942 (coincidiendo con el regreso a Madrid de el primer contingente de voluntarios de la División Azul) y con el patrocinio de la Asociación de la Prensa, a las tres semanas desapareció misteriosamente de las carteleras, siendo prohibida gracias a las presiones de altas jerarquías (posiblemente militares, por lo que luego veremos). A mediados de los noventa (bajo una espesísima capa de polvo) apareció una copia de este film en los antiguos locales de la productora madrileña. La Filmoteca Española la exhibió, con gran éxito, en un ciclo sobre cine de postguerra. La presencia y visionado del film en certámenes cinematográficos y facultades universitarias ha sorprendido siempre gratamente a los espectadores.

Se trata del único film protagonizado por una mujer falangista (interpretada por la actriz Conchita Montenegro) que tiene un novio comunista libertario dirigente de la checa de Fomento (papel encarnado por el inolvidable Ismael Merlo). El poco sospechoso de veleidades joseantonianas, el historiador de cine Carlos Fernández Cuenca ha dejado escrito acerca de este film lo siguiente:

“Sin duda, el único filme de auténtica concepción falangista que se ha realizado, desde la alusión en el título de los colores de la bandera de Falange Española hasta la declarada filiación de la protagonista y de sus camaradas a los ideales y a las conductas que la acción exalta. Quizá el valor predominante que, en la consideración histórica, deba reconocerse a esta película es el hecho de ser uno de los primeros testimonios cinematográficos en que aparece el concepto de resistencia: resistencia antimarxista, claro está, pero no inferior en autenticidad ni en intensidad a la resistencia antifascista que después veríamos reflejada en muchas producciones italianas, alemanas, soviéticas, checas, polacas, etc.

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