La teoría crítica, se origina en la “escuela de Frankfurt” en la
primera mitad del siglo XX, con la finalidad de generar un nuevo
argumento para el actuar de la izquierda intelectual, una vez que la “revolución del proletariado”
se estaba llevando a cabo fuera de los postulados marxistas y como si
fuera poco, esta se había desarrollado en un contexto ajeno a Alemania
(en donde se había previsto que las contradicciones del modelo
capitalista desembocarían mediante la revolución en la sociedad
comunista).
Esta corriente se desmarca del determinismo económico que reinaba en
los escritos de Marx, para poder describir las influencias del
capitalismo en los nuevos escenarios sociopolíticos a nivel mundial.
Tiene como principal característica, la crítica constante de la
instrumentalización de la racionalidad que legitima al sistema
capitalista, buscando de esta forma generar una postura crítica y
reflexiva orientada a exponer las relaciones de desigualdad y
explotación hombre-hombre.
Para nosotros, la “teoría crítica” viene a ser funcional al
sistema capitalista-neoliberal, pues tras la denuncia y la reflexión
sobre determinadas situaciones, se esconde una pasividad y una
complicidad con el sistema, la cultura y los valores postmodernos.
Dentro de la misma se promueve la aceptación de la globalización como un
“potenciador” de las culturas locales; pero por otra parte, a
nivel local, las tradiciones y costumbres se ven mancilladas frente a
este luminoso haz de luz que expele la globalización en su esfuerzo
homogeneizante. El riesgo de morir cegado por este haz de luz es
inmenso, pues nos encontramos en una sociedad en donde se impone como
valor transversal a todas las culturas la “igualdad”.
Personalmente entendemos la crítica no como esta idea propia de “literato burgués”, en donde la misma se basa en una reflexión y posterior producción crítica. “libro y fusil, fascista perfecto”
ponía el dicho en la Italia por los años de Benito, pues ese es
nuestro norte, la formación intelectual, sumada de una crítica coherente
y una acción potente. Basta de tragarse lo que dice la televisión o lo
que nos enseñan en las escuelas o universidades, desaprendamos lo
aprendido y formémonos como revolucionarios, como verdaderos
revolucionarios, como Nacional Revolucionarios.
Tercera Posición
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