Durante la Guerra de Boshin, enmarcada
históricamente en el proceso de la Restauración Meiji,es especialmente
célebre la resistencia de los samurais leales al Sogunato Tokugawa
conocidos cómo Los Tigres de Bianche comandados por el el señor
Matsudaria, los cuales llevaron hasta su última expresión los valores de
valentía y lealtad, aguantando, fieles al emperador, frente al empuje
de la modernización forzosa qué avanzaba desde oriente. Sin embargo su
última gran gesta fue cuando viendo su castillo arder en medio del
fragor de la batalla y suponiendo qué su señor había muerto, tal cómo
manda la tradición se practicaron todos ellos el seppuku.
Para conmemorar la extrema fidelidad de estos últimos samurais al código del bushido, se mando levantar en su honor, en la provincia de Fokushima (a 250 km de Tokio) el cementerio de los guerreros de Byakkotai.
En 1928 el poeta japonés Harukichi Shimoi residente en Italia y qué combatió con los arditis, narrará ésta historia a su ducce, el cual conmovido ante el heroismo de estos guerreros regalará al gobierno de Japón una columna romana proveniente del mismo Foro Romano, para colocar en su honor en el cementerio de Byakkotai junto a la inscripción qué se ve en la imagen.
Para conmemorar la extrema fidelidad de estos últimos samurais al código del bushido, se mando levantar en su honor, en la provincia de Fokushima (a 250 km de Tokio) el cementerio de los guerreros de Byakkotai.
En 1928 el poeta japonés Harukichi Shimoi residente en Italia y qué combatió con los arditis, narrará ésta historia a su ducce, el cual conmovido ante el heroismo de estos guerreros regalará al gobierno de Japón una columna romana proveniente del mismo Foro Romano, para colocar en su honor en el cementerio de Byakkotai junto a la inscripción qué se ve en la imagen.
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