viernes, 26 de octubre de 2012

Firme contra el Necio

 "No es posible actuar, es menos fácil triunfar. Sobre todo en una lucha revolucionaria, combate a muerte contra un adversario todo poderoso, arraigado, experimentado, que es preciso combatir con ideas y la astucia más que por la fuerza. Es sin embargo frecuente oír como se contrapone acción y pensamiento. Eso es creer en la espontaneidad de la acción revolucionaria. Y se cita como ejemplo la revolución fascista en Italia. Se olvida que en el momento de la formación de los “fascios” en 1915 Mussolini ya combatía desde hacía más de doce años como agitador y periodista".

"(…) hay que destruir su organización política, abatir sus ídolos y dogmas, eliminar sus maestros, oficiales y ocultos, mostrar al pueblo como se le ha engañado, explotado, mancillado. Finalmente reconstruir. No con construcciones de papel sino sobre una élite joven y revolucionaria, compenetrada con un nuevo concepto del mundo. ¿La acción que debe imponer esa revolución perpetua puede concebirse sin la dirección de una doctrina revolucionaria? Ciertamente no".

"Minoría lúcida. Forma la élite revolucionaria sobre la que descansa el porvenir".

"Manadas pasivas, esperan todo del hombre milagro. Incluso los grupúsculos tienen su ídolo. La inmutable desaparición del gran hombre deja tras de sí gente engañada, agria y desanimada. El Nacionalista no necesita seguidores sino militantes que se definan en relación a su doctrina y no en relación a un hombre. No combaten por un seudo salvador ya que el salvado se encuentra en ellos mismos".

"La educación política que permite liberarse se adquiere a través de la experiencia personal, claro está, pero sobre todo gracias a la ayuda de la enseñanza que sólo el estudio permite alcanzar. Sin esa educación, el hombre más valeroso, más audaz, no es sino una marioneta manipulada por el régimen".

Dominique Venner 
"Por una crítica constructiva" (1964)

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