Queda expuesto a
la consideración del pueblo futbolero, en el blog del Calcio Futurista, a salvo
de la contaminación del populismo barato que pulula. No insistan en el copiar y
pegar de falsas autorías y aprendan, de una vez por todas, que no es para todos
la bota de potro ni los botines Interminables, que en Europa no se consiguen:
1. Queremos jugar
por amor al juego, con arte lúdico, energía de potrero y el hábito adquirido
tras la pelota de trapo.
2. El coraje, la
audacia, la rebelión y el asfalto serán elementos esenciales de nuestro estilo.
3. Con la belleza
de la velocidad construiremos nuestra fortaleza, dejando atrás la inmovilidad
del pensamiento y el sueño de riquezas, para exaltar, una y otra vez, el
movimiento agresivo, el insomnio febril, el salto mortal, el Catenaccio y el
dos por cuatro.
4. Queremos
enaltecer al jugador que ama su camiseta, cuya bandera ideal atraviesa la
Tierra, elevada ella misma por el circuito de su órbita.
5. Necesario es
que ese mismo jugador se prodigue con sudor, pasión, ardor y esplendor para
incrementar el entusiástico fervor de los elementos primordiales.
6. El juego bello
no es sin lucha. Ningún ejercicio de cuerpo y alma sin carácter agresivo puede
ser considerado una obra maestra. El fútbol ha de ser estimado como un asalto
violento contra las furias contrarias para reducirlas a postrarse delante del
gol.
7. ¡Estamos sobre
la torre más iluminada de nuestra estirpe competitiva! ¿Quién podría
oscurecernos si pretendemos echar luz sobre las misteriosas puertas del
Imposible? Un gol que estalla en el alma de la hinchada, cuyas esquirlas
iluminan el cielo, es más bello que el Guernica.
8. Queremos
glorificar la guerra psicológica, única higiene lúdica. La tensión, la presión,
las vestiduras desgarradas de los tibios, realzan nuestra moral de combate y
aumentan nuestro desprecio por los congraciados con la labia bonita.
9. Anhelamos
destruir las instituciones asociadas al mercantilismo deportivo, las academias
del verso, las bailantas en el verde césped y combatir la moral políticamente
correcta, los micrófonos funcionales al poder de turno y las mariquitas que
destilan lágrimas fuera del vestuario.
10. Cantaremos a
las grandes multitudes que la pasión agita, por el placer o por la revuelta.
Cantaremos a las mareas multicolores y polifónicas de los tablones
revolucionarios de estadios inaccesibles y de los grandes coliseos incendiados.
Desde el fango
del club de barrio lanzamos al mundo este manifiesto nuestro de violencia
atropelladora, carente de barras bravas y desbordado de aventureros que huelen
el horizonte. Desde ese mismo fango —arcilla futurista— saldrán nuestros
muertos vivos nutridos con el odio eterno al fútbol moderno para generar la
cantera de vitales entusiastas del fútbol por venir.
Tifoso Schifoso, Buenos Aires 18 de julio de 2012
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