martes, 5 de marzo de 2013

Ayer y Mañana

Ahora que es de buen tono en el mundo académico denigrar a los pri­meros científicos sociales sólo un nombre es capaz de superar las crí­ticas modernas y sólo un hombre sigue siendo publicado y citado con entusiasmo: Gustave Le Bon.
Le Bon moriría en París en 1931. Después de las revoluciones bolche­vique y fascista y habiendo conocido la crítica pero también el triunfo de por lo menos parte de sus ideas… y si no de sus ideas sí de las técnicas que esboza en su obra principal. Un triunfo que se ha mantenido incluso después de su muerte: uno de sus libros, La Psychologie des foules, sis­temáticamente ignorado por los científicos sociales es sin embargo consi­derado como uno de los libros más influyentes de los Siglos XIX y XX
Le Bon afirma que el Siglo XX será el siglo de la masa y esa afirmación tanto como el interés en investigar las leyes que dominan a ese mons­truo de mil cabezas, le convertirán en el predecesor de pensadores tan distintos entre sí como Wilfredo Pareto, Gaetano Mosca, Ortega y Gasset o Erich Fromm, en el adelantado de las formas de propaganda política y publicidad comercial modernas y en el precursor de varias ciencias sociales.
Le Bon murió a los noventa años, una edad en la que difícilmente pue­den adoptarse nuevas ideas. Le Bon no llegó pues al nacionalismo re­volucionario, pese a que a la hora de escoger políticas prefiriese las de Mussolini sobre las de Lenin, pero sus lectores más atentos del mo­mento sí que cruzaron esa frontera y fueron nacionalistas radicales, transformando sus críticas en la base de un nuevo análisis político y a Le Bon en uno de nuestros precursores. 

[del Prólogo de Juan de Pinos]

1 comentario:

Unknown dijo...

Gran aversión la que levantaba entre el profesorado rojelio de la universidad.
Un salvdo