"La trayectoria de una botella vacía
tiene sus encantos. La botella comunica rebelión (Belfast, Milán,
Beirut), comunica la ira (Atenas), comunica la astucia, la
frustración, el fracaso (Piazza Navona, en Roma 2008): polisemánticas de
un movimiento que es y sigue siendo él mismo en las diversas
hipotéticas fases del giro en vuelo hacia el objetivo.
Creo
que las botellas deben empezar a volar sobre papel, sobre tela, discos y
en las grietas de las paredes, y sólo entonces, si, en la calle. Creo
que el lenguaje debía ser quebrado, pero no en el sentido clásico. Vanguardia no es ni clásica ni velozmente cambiante, sino una combinación inteligente entre las dos".
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