"El pícaro, el canalla, el flamenco, el bandido, el usurero, el don Juan, el perdonavidas, el testaferro, el que tiene una ética para la casa y otra para fuera de ella y otros tantos tipos de nuestra fauna moral están pidiendo a voces una reforma severa de nuestras costumbres, una instauración de la ética española a base de sus virtudes cardinales: independencia, hidalguía, generosidad, humanidad y justicia. Nuestra ética actual es una corrupción producida por la incultura del pueblo y por la perversión de sus clases directoras, inoculadas con múltiples microbios de la inmoralidad exótica. Así hay, pues, un falso españolismo que degenera en españolada".
Eloy Luis André
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