Abrazar la muerte con 31 años, combatir de frente, tener mucho que
perder y arriesgar, ser intelectual y hombre de acción, tornar las
dificultades con honor, morir peleando, y que el último suspiro sea una
consigna, sea un ejemplo.
Qué mayor ejemplo que la figura de Ramiro, perseguido en su vida,
silenciado por sus enemigos en muerte, y el gran olvidado de su gobierno
traidor. Ni su muerte pudo silenciar su alegato revolucionario.
Hombre de letras y de acción, cual fácil hubiesa sido su vida, si
como muchos cobardes de la época, se hubiera resignado a dejar de la sus
sentimientos, su espíritu de incoformista.
Nos arrebataron, al que podría haber sido uno de los mejores
filósofos de Europa, pero a cambio, nos ha dado el mayor ejemplo de
compromiso de lucha y sacrificio.
Ha entrado en la historia, y no con el patrón romántico de hazañas
populistas. Ha entrado con la grandeza de enfrentarse a la muerte amando
la vida.
Ramiro Ledesma Ramos ¡Presente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario