La prostitución ideológica es lo que
hacen todos los políticos profesionales y aspirantes. Lo primero que
aprenden los aspirantes es a venderse ya que es lo más visible de la
política profesional, luego van las mentiras y los renuncios.
Que no existen izquierdas o derechas ya
lo sabe hasta el mayor analfabeto político. Las pugnas por ser el
cabecilla visible del equipo de gobierno de algo que llaman nación,
aunque no lo sea porque para ello se ha de tener soberanía, son una
serie de tiras y aflojas entre empresas que se dedican exactamente a lo
mismo, a vivir del dinero público.
La derecha saca mucho la bandera, aunque
sólo eso, la saca, en casa la pisotean y hasta se limpian el trasero si
procede, con una mano te sacan la pegatina antiaborto y el rosario, con
la otra sacan el talón para pagar el aborto de la niña y ponen una
sinagoga en el lugar de una iglesia si eso les da interés.
La izquierda va de obrera mientras sólo
dan trabajo a sus chóferes, se pegan festines a costa del erario
ciudadano y practican la corrupción con el dinero de los parados.
Podemos hablar de sindicatos, de
asociaciones y de movimientos por la igualdad de todos los colores,
mientras se silencian las peticiones de dependientes, de familiares de
enfermos que deben recurrir, para dar dignidad a la vida de sus
convalecientes, a recoger tapones ¡con la odisea que supone eso! Porque
no es tan fácil como parece…
Prostituciones, gentes vendidas que cada
palabra que emiten está financiada y rentabilizada, cada suspiro y cada
silencio, que siempre suele tener un alto coste para los ciudadanos con
menos capacidad económica.
La monarquía temblorosa sanguijuela del
pueblo en época de crisis, ya no sabe cómo capear el temporal que se
avecina, supongo que tienen los billetes sacados por si las moscas,
porque que se avecina una república es evidente, la cuestión es de qué
tipo.
Pudiéramos pensar que España aparte de
robar, también se vende, pero ni lo uno ni lo otro, porque aquí los
únicos parásitos son hombres y mujeres que hacen y deshacen a su antojo,
y un pueblo que se deja expoliar y someter. Pueblo que da bandazos a
derecha e izquierda, pensando que varía el rumbo, y que en realidad solo
hace que rebotar golpeándose la cabeza entre dos muros igualmente de
podridos mohosos e infectos. De vez en cuando, en ese pasillo ente
muros, les sale alguna de esas prostitutas que les regalan al oído,
cuándo les quieren y cuánto bien les van a hacer sentir y proporcionar y
que si siguen avanzando sin confiar en ellas pueden acabar solos,
insatisfechos y marginados. Esas prostitutas, las ideológicas, son los
líderes de los partidos oficiales y alguno extraoficial al servicio del
Estado, que amenazan con que no hay nada más allá de ellos y sus
acciones, de ellos y sus palabras, de ellos y sus formas de gobierno,
que no es más que un negocio muy bien montado para lucro y disfrute de
unos pocos, unos pocos asentados aquí, en España, y otros muchos
asentados allí fuera, en Bruselas o EEUU…
Nadie te dirá que más allá de esas putas
de la palabra hay quien ama lo mismo que tú, y que no lo sabes, hay
quien respira igual que tú, y que te ocultan, hay quien aspira a lo
mismo que tú, a una justicia social para el trabajador honrado, un
trabajo digno con tus derechos garantizados, un plato de comida en la
mesa para sus hijos, una sanidad pública gratuita e integral para las
rentas medias y bajas, hay vida más allá de la prostitución política…y
te enseñan a odiarlo. Hay quien resiste los ataques, los sobornos
económicos o emocionales, hay quien aguanta el insulto, el que les
señalen, hay quien vio más allá de esos muros y esas putas del poder,
hay quien encontró el amor y por fin supo verse a sí mismo, vio que una
puta se compra y se vende, y que nunca podrá quererte. Gente que pudo
ver el valor que realmente tiene el pueblo libre y soberano, y dejó de
verse como el reflejo y sostén de un sistema caduco como el que mantiene
su clase gobernante.
El pueblo siempre está vivo, y es mejor
de lo que la clase política le dice ser o pretende hacer de él, sólo
debe creérselo y tomar lo que le pertenece. Hay que eliminar esos muros a
izquierda y derecha, hay que mirar al frente y contemplar orgullosos un
mañana que nos pertenece, hay que señalar y condenar a esas putas que
nos distraían, manipulaban y sangraban, hay que caminar junto al que
siempre dijo la verdad a pesar de la mordaza, a quienes nos dijeron lo
que no nos gustaba, o esas otras afirmaciones que las putas nos decían
que debíamos condenar o no gustarnos. Ellos saben que su reinado peligra
y la represión y la mentira estarán cada día más presentes sobre los
que nunca doblarían la rodilla o aceptarían el prostituirse.
Abundará la represión y por supuesto la
prostitución ideológica, vendrán a decirnos lo que ayer no sólo no
decían, sino que condenaban, establecerán nuevos dogmas de conciencia,
vendrán los abanderados de la patria a meternos un patriotismo que
apesta a burguesía a lavarnos el corazón e intoxicarnos la conciencia,
vendrán estrellas y estrellados sin honor, vendrán los que mirando el
bolsillo dirán si eres el bueno o el malo, vendrá el vende obreros a
decir que él nunca estuvo de putas ni pegándose una mariscada mientras
más de 6 millones de parados confiaban en ellos y sus gestiones…Vendrá
el que dirá que siempre fue de los tuyos dándote la mano, mientras en la
otra guarda el cuchillo, esperando…
Viene la depuración de los cobardes,
miles de ratas saldrán huyendo del barco que amenazadoramente se acerca
al arrecife que las putas han levantado. Pero sólo el que Cree, Obedece y
Combate será capaz de rendir su fortín, es la hora de los que hemos
tenido paciencia y hemos sabido aguardar nuestra hora con los nervios
tensados, alertas, vigilando a esas putas que nos creían presas.
Así pues, mantengámonos en pie sin
ceder. Que la paciencia exprima su último jugo de nuestros ardientes
espíritus, que la conciencia no halle reproche de haberse dejado llevar
por el impulso y de que en vez de controlar nuestros pasos el alma lo
haya controlado una vacua y nefasta agitación que no sea capaz de gestar
la revolución pendiente.
Es el todo o la nada, quien aún no se
haya enterado, es que está muerto hace mucho. El todo para ti, el todo
para mí y para todo el que no se haya vendido a la gran ramera de la
finanza o desee ser su esclavo. Llegará la hora del pueblo convertido en
patria, llega la hora de una Patria arropada por un socialismo
convertido en causa de todo un pueblo que se convirtió por fin en una
nación.
Carmen M. Padial para TdE
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