"Irritóse tanto [Augusto] al principio contra un tal Corocotta, bandolero español
muy poderoso, que hizo pregonar una recompensa de doscientos mil
sestercios a quien lo apresase; pero más tarde, como se le presentase
espontáneamente, no sólo no le hizo ningún daño, sino que encima le
regaló aquella suma".
Dión Casio 56, 43, 3
(trad. de A. Schulten en Fontes Hispaniae Antiquae vol. V, Barcelona, 1940, p. 335)
(trad. de A. Schulten en Fontes Hispaniae Antiquae vol. V, Barcelona, 1940, p. 335)
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