"Crecidos en una era de seguridad, sentíamos todos un anhelo de cosas
insólitas, de peligro grande. Y entonces la guerra nos había arrebatado
como una borrachera. Habíamos partido hacia el frente bajo una lluvia de
flores, en una embriagada atmósfera de rosas y sangre. Ella, la guerra,
era la que había de aportarnos aquello, las cosas grandes, fuertes,
espléndidas. La guerra nos parecía un lance viril, un alegre concurso de
tiro celebrado sobre floridas praderas en que la sangre era el rocío.
Kein schönrer Tod ist auf der Welt… (No hay en el mundo muerte más bella…)
¡Ah, todo menos quedarnos en casa, todo con tal de que se nos permitiese participar!"
Ernst Jünger
"Tempestades de Acero"
No hay comentarios:
Publicar un comentario