"En Esparta existían solo dos monumentos: uno para los Dioscuros, que
eran los dioses de la ciudad, el otro para la risa. Los espartiatas
debían reirse de sí mismos. En la mesa, los guerreros se ridiculizaban y
se burlaban de los reyes quienes les respondían sin ofenderse"
"Saber reirse de uno mismo con alegría, en toda circunstancia, tanto
más cuando más críticas sean las circunstancias, quiere decir
desdramatizar la comedia humana con la felicidad típica de quien
comprende y ama la tragedia. Reír con amargura, por el contrario,
significa llorar la propia suerte. Reírse de los demás y no de uno mismo
quiere decir estar inseguro y en consecuencia estar a la búsqueda de un
reconocimiento que, a falta de algo mejor, se consigue disminuyendo a
los que nos rodean. No reir significa no existir. ¿A cúal de estas
terminologías perteneces?"
Gabriele Adinolfi
Tortuga. La isla que (no) existe.
Ediciones Midjungards
Tortuga. La isla que (no) existe.
Ediciones Midjungards
No hay comentarios:
Publicar un comentario