El equilibrio justo del militante esta provisto
por estos dos factores: los libros (que conforman la doctrina y el bagaje
cultural que se necesita para entender el mundo que nos rodea) y la calle (que
es el “espacio público” donde confluye la sociedad). En este punto quiero
detenerme, ya que muchos no entienden el verdadero significado de “la calle”.
Algunos piensan que la calle sólo es hacer el gamberro y estar bebiendo cerveza.
Adueñarnos de la calle implica mucho más que
eso. Estar en las calles es estar orgullos de poder pegar afiches y adhesivos,
hacer pintadas, repartir volantes y folletos, etc. La calle es nuestra sólo
cuando nuestra propaganda se adueña de ella. No nos debe importar que la
mayoría de la propaganda política sea de izquierda o de una derecha neoliberal.
Nuestra tercera posición se tiene que hacer ver en cada calle de cada una de nuestras
ciudades.
No hacemos propaganda para sumar nuevos adeptos
y militantes a nuestras filas, sino para que todos sepan que nosotros aun
seguimos vivos, mostrando nuestro punto de vista y dando batalla.
Ni los intelectuales de café, ni los rebeldes
sin causa podrán afrontar la lucha sin una militancia digna. Mantener en
equilibrio estos dos factores nos harán de seguro mejores militantes para afrontar
el mañana.
Laika
WAU Argentina
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