Rudolf Moilanen, un adolescente sueco de 18 años, celebraba una
fiesta con sus amigos el sábado 30 de junio en Jordbro, un suburbio de
Estocolmo, la capital de Suecia. Al filo de las dos de la madrugada,
Rudolf se sintió cansado y decidió regresar a su casa. Lo que vino
después lo marcará sin duda para siempre.
Caminando hacia su domicilio, tres subsaharianos le salieron al paso.
Sin que mediara discusión entre ellos comenzaron a golpearle
salvajemente,. mientras uno de los asaltantes le arrebataba el teléfono
móvil y la chaqueta.
Semiinconsciente por los golpes, Rudolf pudo sin embargo sentir que
algo le quemaba la espalda. Comprobó aterrorizado cómo su su ropa estaba
siendo presa del fuego. En una acción de sadismo extremo, los africanos
habían vertido un líquido combustible en su vestimenta para prenderle
fuego a continuación. Rudolf comenzó a gritar mientras las llamas
comenzaban a extenderse por su cuerpo. Los negros huyeron del lugar de
los hechos, entre risas y gritos. Rudols pudo atajar el fuego
revolviéndose contra el suelo y gracias también a la decisiva ayuda de
unos transeúntes.
Rudolf Moilanen fue trasladado hasta el hospital Karolinska y, dada
la gravedad de sus heridas, desde allí sería transferido a la unidad de
quemados del Hospital de la Universidad de Uppsala, en previsión de que
se le tuviera que realizar un injerto de piel. Rudolf sufre quemaduras
de primer grado en más de 50 por ciento de su cuerpo, incluida la cara y
el cabello.
El 10 de agosto fue detenido uno de los autores, Ahmed Mohammed Ali,
de nacionalidad somalí. Declaró que él y sus amigos sólo trataban de
gastar una broma a su víctima. Los periódicos suecos más importantes han
ocultado el suceso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario