"Por una Europa continental, socialista, imperial e independiente.
Continental porque ha de extenderse desde Cádiz hasta Vladivostok: Rusia
y la península europea del continente eurasiático formarán la nación
europea. Socialista porque habrá de basarse en un sistema de
representación directa desde la base. El pueblo será el soberano, y los
partidos políticos deberán acostumbrarse a compartir el poder, que ahora
tienen secuestrado, con la ciudadanía activa y las iniciativas
populares. El sistema representativo sufrirá grandes cambios. La
economía estará sometida al control político, luego del pueblo, y el
sector público será prioritario. Imperial porque asumirá un papel de
arbitraje hoy en manos de los USA. Las relaciones internacionales
estarán influidas por la ideología europea, que primará los intereses de
los pueblos antes que los de los mercados, y podrá dar a luz un mundo
donde sea más respetada la diversidad biológica y cultural de la
humanidad. Una Europa de la paz, cuya primera misión será pacificar las
relaciones entre los pueblos europeos, y más adelante ayudar a otros que
lo necesiten. Independiente porque la suma de sus factores hace de
Europa una alternativa a la actual hegemonía norteamericana. Si no
pudiéramos serlo, para nada valdría esa independencia."
Jordi Garriga Clavé
"La Nación europea y otros escritos"
ENR, 2010. pp. 52-53
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