Sabemos por qué vivimos y sabemos por qué morimos. Tenemos la fe de
los ancestros que nos precedieron en otras batallas. Nos sabemos
bendecidos por esos dioses que siempre acompañan en la batalla a los
valientes. Tenemos la fe de nuestro lado. Esa fe que no se analiza
racionalmente y que no se cuestiona. La fe es un arma de destrucción
masiva. Sobre todo contra los que carecen de ella.
Da lo mismo si a tu Dios le llamas de ese modo o le llamas Odín o
Zeus. Le llevas dentro de ti y en el fondo de tu alma. Su poder corre
por tu venas y hace latir tu corazón. Frente a todo eso, tus enemigos
solo podrán esgrimir el poder de la materia y el dinero. Nosotros
tenemos la llama de la fe y no tememos morir por que desde siempre
supimos que ese era nuestro destino. Y moriremos con la certeza de que
nuestro Dios no nos recompensará con placeres sino con más deberes.
Engrosaremos las filas de las hordas furiosas. Las que se desatarán
llegado el momento para luchar al lado de los más valientes y restaurar
el orden universal.
Por tanto no tengáis miedo a morir por que en definitiva la muerte no
existe. Simplemente es el paso a otro plano de la vida. La vida que es
la lucha eterna entre el bien y el mal. La iniquidad y la justicia. El
hielo y la llama. Y la lucha en la que Dios está y estará con nosotros.
Castilla Resiste
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