domingo, 30 de septiembre de 2012
Zentropa
Tenemos el placer de contar para este primer número de Fuerza
Motriz con una entrevista a los jóvenes de Zentropa: Comunidad, estilo,
épica... Con una popularidad cada vez mayor no solo en Europa sino en el resto
del planeta este sitio Web se está convirtiendo en un punto de referencia para
los jóvenes disidentes. Pero dejemos que sean ellos mismos quien nos
introduzcan en el mundo zentropista…
1) ¿Podrías explicar a los jóvenes españoles que no os conocen,
que es Zentropa?
Primero, Zentropa es un sitio web que nos sirve de escaparate
principal y que actualizamos varias veces al día desde hace años.
Pero también es algo mucho mas importante. Es una comunidad
fundada sobre los principios de fidelidad, de creación y de esperanza.
- Fidelidad a los principios de honor, dignidad, respeto,
cultura y camaradería que constituyan la especificidad del hombre europeo y por
los cuales tantos han fallecido.
- Creación de nuevos argumentos, de nuevas formas de expresión,
agitación político-cultural, y de nuevas relaciones militantes.
- Esperanza, pero no en un nuevo mundo utópico que podría
amanecer mágicamente, sino en la idea de que los hombres todavía pueden
desobedecer a su época.
Esta comunidad organiza conciertos, conferencias, produce
textos, imágenes, videos, participa en numerosas iniciativas políticas,
culturales y caritativas en varios países.
2. ¿Es internacional la comunidad Zentropa? ¿En qué países
podemos encontrar zentropistas?
La comunidad Zentropa se compone de Europeos que viven en todos
los continentes. Tenemos miembros activos en Francia, Irlanda, Quebec, Italia,
China así como camaradas y simpatizantes en muchos otros países.
3. Con vuestro blog habéis llevado a cabo una auténtica
renovación del estilo y formas de expresión de una determinada área política.
¿Según tu, cual es la relación entre el arte y la política?
El arte es una expresión del ingenio colectivo pero también del
ingenio nacional, fruto de una cultura especifica, de una historia particular.
El arte es político por naturaleza, como representación e ilustración de la
comunidad, de la "polis" o vida de la ciudad. Sin embargo, no hay que
considerar el arte como una “herramienta política”. El arte no puede ser sumiso
a la ideología, debe prolongarla, sublimarla, transfigurarla para intentar de
alcanzar lo Verdadero y lo Bello.
4. ¿Cual es tu opinión sobre la lucha estudiantil y como piensas
que los jóvenes pueden ser oídos y luchar por sus derechos ?
Cuanto mas temprano los jóvenes se den cuenta de su alienación
al sistema, y mayor sea su compromiso contra ello mayores posibilidades tienen de
llegar a un resultado. Los estudiantes son un elemento central de la sociedad
porque representan sus futuras “Élites”, pues también están centrados en la
lucha política. Si el combate de estos estudiantes se apoya sobre un programa
sólido, coherente y dirigido de manera constante y apasionada, puede sin duda
ser provechoso. Como tal, podemos observar el ejemplo del Blocco Studdentesco
que de tanto trabajo, ánimo y perseverancia ha logrado imponerse en los
institutos y en las universidades italianas, obtener miembros electos y a
desempeñar un papel importante en las decisiones de la administración.
5. Para ti, ¿que importancia tienen hoy en día internet y el
mundo de la comunicación visual para difundir nuestro mensaje al pueblo?
Tienen evidentemente una importancia central y fundamental
porque ocupan un puesto primordial en la vida cotidiana de nuestros
compatriotas. Dijera lo que dijera, la gente pasa muchísimo tiempo en internet,
y seria una lastima no disfrutar de este medio de comunicación para alcanzarla
y precisamente alentarla a deshacerse del mundo virtual, a « romper su
televisión » y a adueñarse de nuevo el mundo real y las formas de socialización
tradicionales.
6. Muchas gracias por concedernos la entrevista. ¿Tienes unas últimas palabras para nuestros lectores?
Querría decirles que
siempre deben ser protagonistas. Uno no tiene el derecho de criticar el mundo
como es hoy en día sin haber intentado cambiarlo de todas las maneras posibles.
En todos los campos y por todos los medios, es menester actuar, tomar parte,
crear, proponer, construir! En todas partes, en cualquier momento y para todo
el mundo, hay que pasar a la acción, desde la pegada de carteles hasta la
creación de una asociación caritativa, pasando por la recaudación de fondos,
los graffiti, las obras escritas, la música, el deporte, la poesía… etc, etc!
No hay excusas para la inactividad y la renuncia.
Entrevista extraída de Fuerza Motriz, boletín informativo de Liga Joven
Defiéndenos en la batalla
"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro
amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios,
pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al
infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
Amén".
Amén".
Ni Izquierdas Ni Derechas
Y aquí me encontraba yo, con mi gorra de España dirigiéndome
hacia la manifestación en Neptuno. ¿Para qué? ¿Por qué? ¿Por qué manifestarse
junto a una panda de rojos y perroflautas? Eso es lo que se preguntarán muchos.
La razón es simple, fui a manifestarme junto a mi pueblo y por mi pueblo.
Puesto que esta protesta no pertenece a la extrema izquierda si no a todo el
pueblo. Sí, es verdad, la extrema izquierda siempre pretende politizar este
tipo de actos. Por eso fui con la bandera de España en mi gorra, para que la
gente vea que los patriotas españoles también estamos con el pueblo y apoyamos
estas protestas ciudadanas. Dentro de la manifestación me sentía como si
estuviera nadando entre tiburones. Vi mucha clase de gente que se suele
considerar ''enemigos míos'': sharperos, punkis, perroflautas, comunistas,
separatistas, anarquistas, etc. Todos ellos me miraban cuando me veían con mi
gorra. Yo sentía sus miradas, miradas de todo tipo: odio, asco, incertidumbre y
los que más miradas de sorpresa. Me sentía continuamente observado, pues todos
me miraban como si fuese un intruso, como si no tuviera derecho a estar allí
manifestándome por la causa de mi pueblo por el simple hecho de sentirme
español y llevar con orgullo la bandera nacional en una prenda de vestir. Pero
afortunadamente no eran mayoría. La mayoría de gente que estaban allí eran
gente normal, gente del pueblo harta de todo, de los políticos, del paro, de
los recortes, de la crisis, etc . . . Y era por ellos y no por los otros por
los que estaba allí manifestándome. En mitad de la manifestación se me acercó
un hombre y me dijo: ''que bien encontrar alguien que se siente español, que se
vea que esto es de todos y no solo de la izquierda''. Son muchos los que
sintiéndose españoles acuden a este tipo de protestas, el problema es el miedo.
Miedo a llevar la enseña nacional por lo que puedan decir y hacer los
ultra-izquierdistas que pretenden politizar esta protestas. Y no os lo voy a
negar, yo tenía miedo, miedo de ser golpeado por la espalda rastreramente por
aquellos que tienen alergia a nuestra bandera. Pero aún corriendo ese riesgo,
ahí me encontraba yo, defendiendo un futuro mejor para mi pueblo. Espero que
esto os haga recapacitar a algunos, a los que pensáis que no hay que ir a estas
protestas por que las politizan la extrema izquierda, yo os digo que hay que
ir, con la bandera de España para demostrar a la gente que los patriotas
españoles también están con su pueblo, para no permitir que la extrema
izquierda monopolice estos actos y lo que es más importante para defender un
futuro mejor para la nación a la que tanto decimos amar.
Texto y Foto: Pablo G.
sábado, 29 de septiembre de 2012
viernes, 28 de septiembre de 2012
La usura es el cáncer del mundo
"La usura es el cáncer del mundo, sólo el
bisturí del Fascismo puede extirparla de la vida de las naciones.
Es la tarea de esta generación hacer lo
que no han hecho los primeros demócratas. El sistema corporativo, que
concede al pueblo poderes en relación con su trabajo y vocación, le
proporciona medios para protegerse eternamente contra las potestades del
dinero".
Ezra Pound
¿Dónde están?
"¿Dónde están ahora el caballo y el caballero? ¿Dónde está el cuerno que sonaba?
¿Dónde están el yelmo y la coraza, y los luminosos cabellos flotantes?
¿Dónde están la mano en las cuerdas del arpa y el fuego rojo encendido?
¿Dónde están la primavera y la cosecha y la espiga alta que crece?
Han pasado como lluvia en la montaña, como un viento en el prado;
los días han descendido en el oeste en la sombra de detrás de las colinas.
¿Quién recogerá el humo de la ardiente madera muerta,
o verá los años fugitivos que vuelven del mar?".
Aragorn
Citando un poema de Rohan sobre su fundador, Eorl el Joven.
Revuelta Contra el Mundo Moderno
"Si
ha existido alguna civilización de esclavos, esta es precisamente la
civilización moderna. Ninguna civilización tradicional vio jamás masas
tan grandes condenadas a un trabajo vacío, desalmado, automático:
esclavitud, que no tiene siquiera como contrapartida la estatura y la
realidad tangible de la figura de los señores y de los dominadores, sino
que viene impuesta anodinamente a través de la tiranía del factor
económico y de las estructuras de una sociedad más o menos
colectivizada. Y ya que la visión moderna de la vida, en su
materialismo, ha restado al individuo toda posibilidad de conferir al
propio destino algo de transfigurante, de verse un signo y un símbolo,
así la esclavitud de hoy es la más dura y desesperada de las que se han
conocido".
Julius Evola.
Revuelta Contra el Mundo Moderno (II ed. 1951)
Cantar XLV - Con Usura
Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó "La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó "La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.
Ezra Pound
Por una universidad digna
Muchos son los que desde hace tiempo se vienen
quejando de los recortes del gobierno en materia de educación. Muchos son los
que se movilizan en las calles con protestas y proclamas varias. Pero pocos son
los que aportan soluciones, apoyan a las familias y dan voz a los estudiantes.
Los "muchos", son aquellos mismos que llevan
mensajes sin trasfondo, que hacen concentraciones, manifestaciones y
comunicados, que salen en prensa y televisión, que tienen repercusión social.
Son esos mismos que durante el resto del año no hacen nada, que salen de vez en
cuando y ahí se queda la cosa. Son esos mismos, los que, una y otra vez
provocan disturbios sin sentido desvirtuando las quejas tan legitimas que
promueven, que politizan las concentraciones, y que están avalados por grandes
sindicatos comunistas.
Nosotros somos los "pocos" que denunciamos
ante la prensa, el ministerio y las autoridades estudiantiles esas huelgas
politizadas en educación, que desmentimos los engaños de rectores y docentes
que se unen a marchas estudiantiles con falsos pretextos. Somos los que recogen
firmas para ayudar a las familias que no pueden pagar libros, los que apoyan
causas justas sean de la índole que sea.
Mientras tanto en las universidades se siguen cerrando
espacios de estudio, las instalaciones son cada vez más precarias, la seguridad
es nula, se instauran monumentos políticos, se convocan charlas políticas
impartidas por docentes universitarios.. etc. En definitiva, se recorta desde
el gobierno, y se da un mal uso al poco dinero que queda desde el Rectorado. A
esto hay que sumarle la nefasta educación que se imparte en España, lo que hace
que los pocos que vayan a poder estudiar, lo hagan caro y con una calidad, en
muchos casos, lamentable. El futuro de la Nación reside en los jóvenes que
tendremos que dirigir empresas y Estado, y si no estamos capacitados, nos
seguirán convirtiendo en el patio de juego de Europa, con gente que realice
trabajos no cualificados por una miseria. ¡Nosotros no estamos dispuestos a
vender nuestro futuro!
Por ello, ahora ponemos en marcha una gran campaña que
llevamos preparando desde verano, verano en el cual no hemos descansado, por
que los recortes no cesan. Ponemos en marcha nuestra nueva campaña con el
título "Por una universidad digna" que lleva consigo las siguientes
iniciativas:
1. Cese inmediato de los recortes en la enseñanza
pública.
2. Autogestión de los fondos de las universidades y
total transparencia en los gastos de las mismas.
3. Destitución de los cargos impuestos a dedo,
politizados o ideologizantes en la Universidad, ya sean rectores,
vicerrectores, decanos o docentes.
4. Mayor seguridad en los campus.
5. Prohibición del botellón, consumo de drogas y uso
indebido de los espacios en todo el campus universitario.
6. Retirada total de los créditos por charlas
ideológicas.
7. Puesta en marcha de un sistema de becas no sólo
según la renta, sino según las capacidades intelectuales del que las pide.
Estos son nuestros siete puntos, que haremos valer y
dar a conocer de cuatro formas, siendo estas: Propaganda en las universidades
para dar impulso a nuestras iniciativas; Puestos de información en las
facultades para concienciar de la gravedad del asunto a los estudiantes;
Recogida de firmas para asociarnos en la UCM y entrega del boletín informativo
"Fuerza Motriz" en varias universidades; y por último hacer llegar
este proyecto y denuncia a las autoridades competentes.
Es hora de dar la cara y defenderse
Por tu futuro y el de los tuyos, ¡Asalta el futuro!
Disyuntivas de nuestro tiempo
Como su nombre indica la metapolítica es la disciplina que va más allá
de la política, que la trasciende, en el sentido que busca las últimas
razones que explican su actuar. Es una disciplina bifronte pues es
filosofía y política al mismo tiempo.
Es una ciencia
interdisciplinaria donde convergen filosofía, politología, sociología,
historia, geopolítica, economía, antropología cultural... Estudia las
grandes categorías que condicionan la acción política (globalización,
homogeneización cultural, pensamiento políticamente correcto, monoteísmo
del libre mercado...) y nos permite en el área de la política mundial,
regional o nacional convertir la diversidad ideológica en un concepto de
comprensión política.
Una verdadera alternativa al pensamiento único.
Alberto
Buela nació en Buenos Aires en 1946. Es Doctor en Filosofía por la
Universidad de París, La Sorbona. Entre sus cargos docentes figuran
diversas cátedras en varias universidades. Ha publicado más de veinte
libros e innumerables artículos; en Argentina se están editando sus
"Obras selectas". Es director de la prestigiosa revista “Disenso”, ahora
en edición digital.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Los Héroes de Moqur
El teniente Soto
coge la guitarra y canta con su acento andaluz «19 días y quinientas
noches». Tiene la mirada clara y un sentido del humor irreductible. En
la mesa hay un par de platos de chorizo, un poco de queso y refrescos.
Es toda la «juerga» que se pueden permitir en la base avanzada Ricketts,
en Moqur, Afganistán. Están de despedida. A los médicos que han estado
con ellos les toca relevo. La 12 compañía paracaidista de la III Bandera
se queda hasta noviembre. Ahí fuera, tras los muros del antiguo fuerte
inglés aún queda mucho por hacer, mucho talibán aguardando el momento
propicio para atacar, mucho afgano al que sacar de la época de Moisés,
al que dar una esperanza más allá de la tragedia en la que han vivido
siempre.
Aquello no es la guerra anónima que vivimos desde aquí. Quienes la libran tienen nombres y apellidos, se conocen perfectamente, son amigos, compañeros, hermanos de sangre. Sus rostros son los de la fotografía, los de gente normal que por la calle pasarían desapercibidos pero que guardan algo extraordinario. Su lema: «¡Hasta la muerte!». Su fin, como reza la oración paracaidista, ser «el mejor soldado de la Patria». Y por encima de todo, la misión.
El 9 de julio no hubo guitarras. Hubo un herido, el caballero legionario paracaidista Javier Párraga, cuya foto cuelga del corcho del puesto de mando; casi dos mil cartuchos empleados; más de una decena de granadas; varias decenas de disparos de fusiles de precisión y nueve talibanes abatidos. Pese a todo esto, los que estuvieron recalcan, con la humildad propia de quien sabe que el de al lado ha vivido lo mismo, que no fue una acción especial, que fue «normal», que ellos y sus compañeros de las otras dos secciones han pasado por muchas situaciones similares.
El informe de lo que ocurrió aquel día habla de valor, liderazgo, dotes de mando, compromiso, eficacia, destreza, serenidad... Esto último es lo que desprende el capitán Pablo Torres del Pliego, jefe de la compañía. Es un hombre robusto, afable, discreto y noble. Él respeta y es respetado. Habla a sus hombres con firmeza pero con la consideración y confianza que se tienen los guerreros entre sí.
Con él al frente salieron aquel día de la base. Eran las ocho de la mañana. Su misión era realizar una patrulla de reconocimiento y seguridad en las localidades de Arab, Sulgurpari y Lamari para dificultar al enemigo que se adueñara de zonas dominantes al noreste de la base. El capitán Torres salía con la III sección de fusiles, zapadores, tiradores, y una serie de apoyos fundamentales en una patrulla. Junto a ellos, una sección del ejército afgano con sus tutores españoles al mando del comandante Alberto Fajardo, un oficial carismático, bromista, con un lenguaje poco dogmático, pero tan orgulloso de la misión que está realizando como de sus hombres.
A las 10 y veinte de la mañana, en las inmediaciones de Sulgurpari, un disparo aislado pone en alerta a toda la patrulla. Las cinco horas y media siguientes fueron más que intensas, aunque «el tiempo pasa rápido», asegura el sargento Jara. El fuego enemigo se incrementa hasta que apenas cuarenta minutos después de esa primera bala, una lluvia de proyectiles cae sobre la patrulla desde su flanco derecho. El sargento Coll, un tipo misterioso y de mirada contundente, y el soldado Párraga habían alcanzado los primeros la altura de una cota. Una de las balas impacta en el costado del segundo y se le queda alojada cerca de la rabadilla. Los hechos se suceden a toda velocidad. Los soldados Perea, Regalado y Torres, junto al sargento Olmo, realizan fuego de supresión sobre las posiciones talibanes, mientras Coll, bajo fuego enemigo, logra poner a cubierto a Párraga. Entre él y el comandante Fajardo aplican los primeros auxilios al herido y automáticamente, ayudados por el propio capitán Torres y los soldados Torres y Regalado, además de los dos intérpretes, evacúan al herido entre los disparos de los insurgentes. Coll recuerda que «las balas nos silbaban por encima, pero Párraga estaba tranquilo, sereno». El teniente Soto, mientras, había avanzado sus posiciones para dar protección a la ambulancia con los vehículos de su sección disparando al enemigo.
Tras dejarlo en la ambulancia –«el tío sonreía»–, el capitán, el sargento Coll y el comandante Fajardo regresan corriendo a la primera línea. El teniente Bérmudez, un hombre alto y tan rotundo como tranquilo, portaba la radio. No se separó ni un minuto del capitán para que éste siguiera dando instrucciones a sus hombres, yendo mucho más allá de los cometidos que tenía asignados como «sombra» de Fajardo.
Soto, que recibía disparos a diestro y siniestro mientras reconocía y aseguraba la posición de aterrizaje del helicóptero a pie, no dejaba de apoyar con sus vehículos el contraataque de las tropas. Regalado y Torres volvían corriendo a su posición, pero antes se acuerdan de llevar munición y agua para los de primera línea.
A esas alturas los talibanes incluso habían disparado con lanzagranadas a la patrulla, que seguía batiendo las posiciones enemigas, ya pertrechados y reforzados. Para entonces también, el cabo Aliaga y el soldado Náveda, parsimoniosos en sus formas de tiradores de precisión, habían hecho sendos blancos a 1.300 metros de distancia.
De la base avanzada sale a toda velocidad la fuerza de reacción rápida liderada por el teniente Morales. Cuando habla mete los pulgares en el cinturón a ambos lados de la hebilla y hecha la cabeza un poco hacia delante. No es alto ni bajo, y nada hace sospechar que a su corta edad, no debe superar los 25 años, ya tiene una larga experiencia en esa guerra y cuenta con una cruz al mérito militar con distintivo rojo por su demostración de serenidad y liderazgo, cuando era alférez, tras el asesinato en Qala-i-Now de dos guardias civiles en 2010.
El enemigo, mientras, trata de reforzarse. Está bien organizado, pertrechado en trincheras, y trata de optimizar sus andanadas. Pero a esas alturas, con la fuerza de reacción rápida sobre el terreno, con los hombres del teniente Soto redesplegados y en mejores posiciones, con los tiradores batiendo al enemigo, los morteros cayéndoles y los cazas aliados sobrevolando a los talibanes, la batalla era de los españoles. El enemigo se quedaba sin agua ni munición, pero seguían llegando alertas de más movimientos insurgentes, de minas, siguen disparando... Ya nada pueden hacer. Se repliegan. A las 15:27 de aquel 9 de julio, los «paracas» vuelven a su base.
El informe del combate está plagado de nombres: Riofrío, Meza, González Gómez, Espinosa, Pico, Lázaro, Ibáñez, Ballesteros, Martínez Guadix, Cuesta, Martínez Sánchez, Pérez, Bobadilla, García Flores, Gallego, Reguera, Moreno, Rodríguez Carpio, Molina... Muchos estuvieron expuestos al fuego enemigo con tal de mejorar la eficacia del combate. «Mejor morir que perder la vida», dice una pintada en la puerta de la cantina. Fueron eficaces, valientes, serenos. Todos se jugaron la vida y volvieron a la base acordándose de Párraga con la misión cumplida. «Malditos de aquellos que olvidan a sus héroes», añade otra pintada.
«Allí te das cuenta –reflexiona Soto– de la importancia de la instrucción, de tantas horas de maniobras en San Gregorio». Quizá por eso otro añade que «pánico nunca se tiene, pero miedo siempre se pasa». El teniente Morales, con los dedos en el cinturón, apuntilla: «En los momentos duros te das cuenta de la importancia de los valores».
Muchos días después el capitán Torres del Pliego se dirige al comedor. Se cruza con otros que van de patrulla. «¡Tened cuidado!», les grita. «¡No, mi capitán, que tengan cuidado ellos!», responden sonrientes y siguen su camino. Son gente que hace normal lo extraordinario, cotidiano lo heroico. Y lo hacen «¡hasta la muerte!».
Aquello no es la guerra anónima que vivimos desde aquí. Quienes la libran tienen nombres y apellidos, se conocen perfectamente, son amigos, compañeros, hermanos de sangre. Sus rostros son los de la fotografía, los de gente normal que por la calle pasarían desapercibidos pero que guardan algo extraordinario. Su lema: «¡Hasta la muerte!». Su fin, como reza la oración paracaidista, ser «el mejor soldado de la Patria». Y por encima de todo, la misión.
El 9 de julio no hubo guitarras. Hubo un herido, el caballero legionario paracaidista Javier Párraga, cuya foto cuelga del corcho del puesto de mando; casi dos mil cartuchos empleados; más de una decena de granadas; varias decenas de disparos de fusiles de precisión y nueve talibanes abatidos. Pese a todo esto, los que estuvieron recalcan, con la humildad propia de quien sabe que el de al lado ha vivido lo mismo, que no fue una acción especial, que fue «normal», que ellos y sus compañeros de las otras dos secciones han pasado por muchas situaciones similares.
El informe de lo que ocurrió aquel día habla de valor, liderazgo, dotes de mando, compromiso, eficacia, destreza, serenidad... Esto último es lo que desprende el capitán Pablo Torres del Pliego, jefe de la compañía. Es un hombre robusto, afable, discreto y noble. Él respeta y es respetado. Habla a sus hombres con firmeza pero con la consideración y confianza que se tienen los guerreros entre sí.
Con él al frente salieron aquel día de la base. Eran las ocho de la mañana. Su misión era realizar una patrulla de reconocimiento y seguridad en las localidades de Arab, Sulgurpari y Lamari para dificultar al enemigo que se adueñara de zonas dominantes al noreste de la base. El capitán Torres salía con la III sección de fusiles, zapadores, tiradores, y una serie de apoyos fundamentales en una patrulla. Junto a ellos, una sección del ejército afgano con sus tutores españoles al mando del comandante Alberto Fajardo, un oficial carismático, bromista, con un lenguaje poco dogmático, pero tan orgulloso de la misión que está realizando como de sus hombres.
A las 10 y veinte de la mañana, en las inmediaciones de Sulgurpari, un disparo aislado pone en alerta a toda la patrulla. Las cinco horas y media siguientes fueron más que intensas, aunque «el tiempo pasa rápido», asegura el sargento Jara. El fuego enemigo se incrementa hasta que apenas cuarenta minutos después de esa primera bala, una lluvia de proyectiles cae sobre la patrulla desde su flanco derecho. El sargento Coll, un tipo misterioso y de mirada contundente, y el soldado Párraga habían alcanzado los primeros la altura de una cota. Una de las balas impacta en el costado del segundo y se le queda alojada cerca de la rabadilla. Los hechos se suceden a toda velocidad. Los soldados Perea, Regalado y Torres, junto al sargento Olmo, realizan fuego de supresión sobre las posiciones talibanes, mientras Coll, bajo fuego enemigo, logra poner a cubierto a Párraga. Entre él y el comandante Fajardo aplican los primeros auxilios al herido y automáticamente, ayudados por el propio capitán Torres y los soldados Torres y Regalado, además de los dos intérpretes, evacúan al herido entre los disparos de los insurgentes. Coll recuerda que «las balas nos silbaban por encima, pero Párraga estaba tranquilo, sereno». El teniente Soto, mientras, había avanzado sus posiciones para dar protección a la ambulancia con los vehículos de su sección disparando al enemigo.
Tras dejarlo en la ambulancia –«el tío sonreía»–, el capitán, el sargento Coll y el comandante Fajardo regresan corriendo a la primera línea. El teniente Bérmudez, un hombre alto y tan rotundo como tranquilo, portaba la radio. No se separó ni un minuto del capitán para que éste siguiera dando instrucciones a sus hombres, yendo mucho más allá de los cometidos que tenía asignados como «sombra» de Fajardo.
Soto, que recibía disparos a diestro y siniestro mientras reconocía y aseguraba la posición de aterrizaje del helicóptero a pie, no dejaba de apoyar con sus vehículos el contraataque de las tropas. Regalado y Torres volvían corriendo a su posición, pero antes se acuerdan de llevar munición y agua para los de primera línea.
A esas alturas los talibanes incluso habían disparado con lanzagranadas a la patrulla, que seguía batiendo las posiciones enemigas, ya pertrechados y reforzados. Para entonces también, el cabo Aliaga y el soldado Náveda, parsimoniosos en sus formas de tiradores de precisión, habían hecho sendos blancos a 1.300 metros de distancia.
De la base avanzada sale a toda velocidad la fuerza de reacción rápida liderada por el teniente Morales. Cuando habla mete los pulgares en el cinturón a ambos lados de la hebilla y hecha la cabeza un poco hacia delante. No es alto ni bajo, y nada hace sospechar que a su corta edad, no debe superar los 25 años, ya tiene una larga experiencia en esa guerra y cuenta con una cruz al mérito militar con distintivo rojo por su demostración de serenidad y liderazgo, cuando era alférez, tras el asesinato en Qala-i-Now de dos guardias civiles en 2010.
El enemigo, mientras, trata de reforzarse. Está bien organizado, pertrechado en trincheras, y trata de optimizar sus andanadas. Pero a esas alturas, con la fuerza de reacción rápida sobre el terreno, con los hombres del teniente Soto redesplegados y en mejores posiciones, con los tiradores batiendo al enemigo, los morteros cayéndoles y los cazas aliados sobrevolando a los talibanes, la batalla era de los españoles. El enemigo se quedaba sin agua ni munición, pero seguían llegando alertas de más movimientos insurgentes, de minas, siguen disparando... Ya nada pueden hacer. Se repliegan. A las 15:27 de aquel 9 de julio, los «paracas» vuelven a su base.
El informe del combate está plagado de nombres: Riofrío, Meza, González Gómez, Espinosa, Pico, Lázaro, Ibáñez, Ballesteros, Martínez Guadix, Cuesta, Martínez Sánchez, Pérez, Bobadilla, García Flores, Gallego, Reguera, Moreno, Rodríguez Carpio, Molina... Muchos estuvieron expuestos al fuego enemigo con tal de mejorar la eficacia del combate. «Mejor morir que perder la vida», dice una pintada en la puerta de la cantina. Fueron eficaces, valientes, serenos. Todos se jugaron la vida y volvieron a la base acordándose de Párraga con la misión cumplida. «Malditos de aquellos que olvidan a sus héroes», añade otra pintada.
«Allí te das cuenta –reflexiona Soto– de la importancia de la instrucción, de tantas horas de maniobras en San Gregorio». Quizá por eso otro añade que «pánico nunca se tiene, pero miedo siempre se pasa». El teniente Morales, con los dedos en el cinturón, apuntilla: «En los momentos duros te das cuenta de la importancia de los valores».
Muchos días después el capitán Torres del Pliego se dirige al comedor. Se cruza con otros que van de patrulla. «¡Tened cuidado!», les grita. «¡No, mi capitán, que tengan cuidado ellos!», responden sonrientes y siguen su camino. Son gente que hace normal lo extraordinario, cotidiano lo heroico. Y lo hacen «¡hasta la muerte!».
Siempre que un hombre luche...
“Cuando la humanidad
comienza a volverse pacifista es un claro signo de senectud. Los pueblos
fuertes e indómitos nunca son pacifistas. Adoptar este tipo de posturas
supone renunciar al futuro, es una condición patológica contraria a la
propia existencia. Siempre que un hombre luche por evolucionar, seguirá
existiendo la guerra.”
Oswald Spengler
Punto de no retorno
Ni medias tintas, ni actos encogidos. Hora es
de quemar las naves, como hiciera Hernán Cortés en arriesgado e
hispánico gesto. Nada se consiguió sin sacrificios y sin decisiones
arriesgadas. Hora es de volver a cruzar el Rubicón, la delgada línea que
separa la apatía de la acción; sin tal acto de rebeldía Cesar nunca
hubiera asentando los cimientos para que el Imperio Romano fuera
edificado. Guerra al oxido y al sofá. ¿Cómoda tiranía o peligrosa
libertad?
Son tiempos para cosechar los frutos de
nuestros actos, de nuestras inquietudes y no de nuestros miedos. Cuanto
peor se pongan las cosas, mayor ha de ser nuestro esfuerzo para mostrar
nuestra valía. Son días de cavar duro sobre la tierra que heredamos de
nuestros mayores, para que no se vuelva yerma, para que vuelva a
verdear.
Apartemos esos rastrojos que llenan el
camino y abramos las veredas ocultas para llegar firmes allá donde se
encuentre la verdad y la justicia. Nuestra honra como pueblo va en ello.
No hay marcha atrás.
¡Fidelidad! Ese es el grito.
Armado carácter y solida moral la única alternativa. Empeño, alegría,
fe…los baluartes de una juventud reñida con el materialismo
individualista. La aventura por la victoria.
¡Quemad
las naves! ¡Cruzad el Rubicón! Dejad atrás esas sombras que proyectan
las estatuas de sal a la luz de los carteles publicitarios, de las
drogas, de los fuegos de artificio de la vida moderna.
¡Quemad las naves! ¡Cruzad el Rubicón! Reconciliémonos con la tradición del pueblo guerrero que siempre fuimos.
…porque nos duele verla así marchamos, marchamos hacia adelante y gritamos:
¡Arriba España!
Editorial
Unidad de Destino nº 3
No hay vuelta atrás
"Y de repente te das cuenta de que todo ha terminado, de verdad. Ya no hay vuelta atrás, lo sientes. Y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo. Y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas. Mucho antes. Y es ahí, justo en ése momento, cuando te das cuenta de que las cosas sólo ocurren una vez. Y por mucho que te esfuerces ya nunca volverás a sentir lo mismo..."
Unidad de Destino nº 3
Sentimos decir que esta publicación no estará a la venta, porque no tiene como finalidad lucro particular ninguno, y sólo será recibida por aquellos miembros y colaboradores cercanos al clan del Unidad de Destino. También accederán a ella aquellos que ya hayan tenido oportunidad de leer anteriores entregas así como los diversos locales sociales repartidos en diferentes puntos de la península y que son afines a su editorial.
Atentamente: UdE
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Ser Fascista...
“Más allá de todo, en el fascismo, existe un sentimiento
sobre el mundo, un cierto estilo de vida, un enfoque particular de la
existencia. En el fascismo, hay, antes que política, una dimensión estética,
simbólica y existencial; un cierto saber hacer aristocrático consagrado al
pueblo, que se decanta por el espíritu cultivando su cuerpo, que aclama
triunfalmente a la muerte viviendo plenamente su vida, que experimenta la
libertad en el seno de la comunidad. Ser fascista, es algo casi indefinible, un
quid, una mezcla de activismo, de juventud, de combatividad, de misticismo. Ser
fascista, es saber tener un paso sobrio y relajado, trágico y solar, es poseer
una voluntad de grandeza, de potencia, de belleza, de eternidad, de
universalidad. Es adherirse a una lógica de fraternidad, de camaradería, de
comunidad. Ser fascista es ser consciente de un destino y desear
desvergonzadamente enfrentarse con él, tener la capacidad de vivir plenamente
en el grupo, en el equipo, en el clan y de saber elevar este lazo al nivel de
la nación y al nivel del imperio. Ser fascista, es tener 17 años para toda la
vida. Se trata de superarse, de darse forma a si mismo y al mundo. Ser fascista
es disfrutar de los moralistas escandalizados, de blanqueados sepulcros, y
viejos peluquines. Es cultivar la radicalidad en el pragmatismo, sentir asco
por a decadencia y la pequeñez de espíritu sabiendo vivir en su tiempo,
merendarse a la modernidad extrayendo el entusiasmo fáustico por la modernidad.
Ser fascista es tener por compañeros, más allá de complicaciones cerebrales, al
fuego, al mármol, a la sangre, a la tierra, al sudor y al hierro. Es conseguir
hacer vibrar sus cuerdas interiores sobre la frecuencia más humilde a la vez
que se reúsa de la adulación, de la indulgencia, de la demagogia y de la
prostitución intelectual. ¡Sólo sentimos nostalgia por el futuro! El fascismo
es fundar ciudades, sanear tierras, llevar un proyecto de civilización. Es
concebir la existencia como una lucha y una conquista, sin resentimientos. Es
regalarse a sus camaradas, a su nación, a su ideal, justo hasta el sacrificio
extremo. Sí, ser fascista es todo esto, y además, con un estilo, con una idea
de la estética, con un gusto por el decoro. Es ser elegante y sonriente hasta
el cadalso y más allá.”
Texto: Adriano Scianca.
Traducción: PintanBastos!
Patria
Hay quienes creen que no deben nada a la Patria. Piensan que su
libertad, sus derechos, la seguridad… se ha generado de forma
espontánea.
La Patria somos nosotros, la heredamos de padres a hijos y nace de la historia.
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