Por eso, camaradas, ni estamos en el grupo de
reacción monárquica, ni estamos en el grupo de reacción populista.
Nosotros, frente a la defraudación del 14 de abril, frente al escamoteo
del 14 de abril, no podemos estar en ningún grupo que tenga, más o menos
oculto, un propósito reaccionario, un propósito contrarrevolucionario,
porque nosotros, precisamente, alegamos contra el 14 de abril, no el que
fuese violento, no el que fuese incómodo, sino el que fuese estéril, el
que frustrase una vez más la revolución pendiente española.
Y por eso nosotros, contra todas las injurias, contra todas las
deformaciones, lo que hacemos es recoger de en medio de la calle, de
entre aquellos que lo tuvieron y abandonaron, y aquellos que no lo
quieren recoger, el sentido, el espíritu revolucionario español, que,
más tarde o más pronto, por las buenas o por las malas, nos devolverá la
comunidad de nuestro destino histórico y la justicia social profunda,
que nos está haciendo falta.
Por eso nuestro régimen, que tendrá de común con todos los regímenes
revolucionarios el venir así del descontento, de la protesta, del amor
amargo por la Patria, será un régimen nacional del todo, sin
patrioterías, sin faramallas de decadencia, sino empalmado con la España
exacta, difícil y eterna que esconde la vena de la verdadera tradición
española; y será social en lo profundo, sin demagogias, porque no harán
falta, pero implacablemente anticapitalista, implacablemente
anticomunista.
Ya veréis cómo rehacemos la dignidad del hombre para sobre ella
rehacer la dignidad de todas las instituciones que, juntas, componen la
Patria.
Jose Antonio Primo de Rivera
19 de Mayo de 1935
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